miércoles, 26 de septiembre de 2007

Nodrizas



Segun la definición Nodrizas, amas de cría, o amas de leche o de crianza , era la mujer que amamantaba a un lactante que no era su hijo, desde la prehistoria hasta el siglo XIX. En un tiempo llego hasta ser un trabajo remunerado por la sociedad rica y era ejercido por madres pobres (libres o esclavas) llamandose "nodrizas mercenarias". (http://www.histgueb.net/expositos/nodrizas.htm)







En primer capítulo de History of childhood -The Psychohistory Press, NY, de 1974. Se cuenta que Steele, en The Tatler, describe, en 1706 que las nodrizas eran niñas que ocupaban el lugar de la madre. tambien cuenta que en esa epoca los embutian a los niños en una faja apretada para que no se movieran. Un hermano de Enrique IV falleció porque jugaban a tirarlo fajado de la nodriza a otro y cayó por la ventana. En Italia se llamaban La Balia en el siglo XIV era la encargada de apretarle los pechos al niño/a para extraerle la leche que manaba de su pecho que era simplemente una cuestión hormonal como ahora sabemos. No todas cuidaban adecuadamente al bebé los que estaban expuestos a todo. En el año 2000 a dC. cuando no conseguian darle con recipientes leche, se la daban directamente del animal. (1)<http://www.antipsiquiatria.org/Capitulo_Lloyd/Cap_deMause.htm#_edn67>



En el Perú en la época del virreinato hasta el año 1854 se mantuvo la costumbre ( incluso con avisos en los diarios ) de ofrece sus servicios como amas de leche. Incluso llegaban hasta el trueque de lavandera por ama de leche ( 1854), se solicitaba que fuese sana, robusta, sin vicios, preferian a las morenas o zamba y a veces detallaban que tuvieran 15 dias de parida. (2)http://www.aipeuc-ps.org/index.php?name=News&file=article&sid=226


"Desde muy temprano el amamantamiento rentado trajo consigo un sin número de problemas sociales. La figura de la nodriza aparece una y otra vez rodeada de acusaciones y prejuicios. Ya en el semanario de Agricultura, Industria y Comercio podía leerse que: “Lós cólicos de los recién nacidos se deben a la leche gruesa y a los alimentos dificiles de digerir que toman las nodrizas. En este caso, es menester aplicarle al niño sobre el baxo vientre, fomentaciones emolientes, hacerles lavativas de malva y linaza, hacerles tomar unas cucharadas de aciete de almendras dulces y un cocinamiento de arroz en que se deslieran algunos gramos de triaca. Pero las nodrizas que crían a estos niños deben privarse de todo alimento salado, picante y de gusto muy vivo; beberán al día muchos vasos de tizana hecha con raíz de malvavisco, arroz, cebada y avena y otros farináceos también muy útiles en estos casos(...) Se notará si la nodriza, por falta de leche, se ha visto en la necesidad de darles alimentos sólidos, medio masticados o frutas poco maduras...” (sic Alejandra Correa, De nodrizas y parteras, Revista Todo es historia N° 355.)



En nuestro pais en la provincia de Salta se encuentran descripto como un oficio en el censo de 1914, pero la mayoria no se declaraba por ser despreciada esa labor, se las revisaba por el medico de cabecera familiar en busca de enfermedades que pudieran contagiar al niño y era costumbre desinfectarlas y que cuando se lo ponía al pecho se le cubria la cara con una gasa.(http://www.camdipsalta.gov.ar/INFSALTA/libros/cap7.htm) Las tareas que asumian los afroamericanos en la epoca colonial no eran las mas agradables, y muchos hombres fueron llevados a las guerras ( San Martin o Mitre) con la promesa de salir de la esclavitud si sobrevivian. Las mujeres hacian comidas ipicas ( mazamorra y pasteles), de lavanderas o de amas de leche.




Cuando los chicos tomaban del pecho de la misma mujer eran llamados " hermanos de leche". Unos famosos de este tipo de hermanos eran el Gral. Lavalle y Don Juan M. de Rosas incluso se cuenta que frecuentandola cuando ya eran grandes la nodriza inventó por un descuido el dulce de leche.



En Cuba, la Habana se registran en periódicos Reglas que se deben observar por las nodrizas para la mejor crianza de la infancia, advertencias a las nodrizas y las madres que crian sus hijos en 1804 y sobre Modo de hacer una leche artificial que causa los mismos efectos que la de burra ya en 1808. (http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_5_06/aci12506.htm)



Las revistas cientificas muestran el interés que despertaba desde aquellos años.En las Revistas médicas cubanas del siglo XIX donde aparecen trabajos sobre el tema alimentación y nutrición por ejemplo
Trabajos sobre nutrición y alimentación publicados por años en forma delibros folletos y monografías, entre 1839 y 1900
1839- Investigaciones y experiencias de los Sres. Arcel y Petit sobre las cualidades químicas de la leche en sus relaciones con la salud de los niños y elección de las nodrizas. Diario de La Habana. 1839(239):
1842 -Valdés Miranda M. Lactancia artificial. Diario de La Habana. 1842 y 1844.
1842 - Valdés Miranda M. Sucinta investiga sobre los medios de reconocer la calidad de las leches de las nodrizas, así como de la vaca. Rep Med Hab.
1842 - Lanuza C. estudió Sobre la calidad de las leches. Rep Med Hab, 1842 y1843
1842 -Valdés Miranda M. Apuntes sobre la lactancia artificial en relación con las haciendas de la Isla de Cuba: La Habana. Imprenta del Gobierno. 1842.
1849 - Le Riverend JJ. Memoria sobre leche. Considerada como parte del régimen alimenticio en todas las edades. La Habana: Imprenta El Artista. 1849.
1854 - Michelena JF de. Adulteración de alimentos, bebidas y medicamentos, o métodofácil para descubrir los fraudes de los especuladores. Matanzas: Imprenta deDon Juan Roquero. 1854.
1856 - Valdés Castro J. Memoria sobre la lactancia. Habana: Imprenta de Barcina.1856.
1859 - Mestre A. sobre el Tratamiento de las grietas del seno durante la lactancia. El Eco deParís. 1859 (enero):344-5.
1877- Informe acerca de una memoria relativa a la lactancia materna, mercenaria y la artificial. An Acad Cienc. 1877 y en 1878.
1881 - Gastón R. Un caso raro de lactancia. Gac Med Hab. 1878;1(2):11-2.
1881 - Fauvel E. Alteración que sufre la leche en las mamaderas. An Acad Cienc. 1881 (18):241-2.
1887 - De la lactancia artificial. An Acad Cienc 1887;24:79-91.
1889 -Delfín M. Delfín Manuel. Leches tòxicas. Cron Med Quir Habana. 1889;15:26-30.
1889 -Delfín M. Leche de vaca. Cron Med Quir Habana. 1889;15:116-21.
1889- Delfín M. Ptomaína tóxica de la leche. Cron Med Quir Habana. 1889;15:327-31.
1890 - García Rijo R. Apuntes clínicos sobre el envenenamiento por la leche en los niños recién nacidos y fiebres de la primera infancia. En: Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba. La Habana: Imprenta de A. Êlvarez; 1890. p.212-20.
1890 - Delfín M. La leche en La Habana. En Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba. La Habana: Imprenta de A Êlvarez; 1890.p.481-95.
1891 - Argudín E. Reglas para la lactancia. La Habana: s.n.. 1891.
1891 -La leche normal de vaca. La Higiene. 1891;1(7):7-9.
1891 -Adulteración de la leche de vaca. La Higiene. 1891;1(11):3-4.
1891 -Venta de leche. La Higiene. 1891;1(27):2-3.
1891 -La fiebre aftosa de las vacas de leche y las aftas de los niños. La Higiene. 1891;1(28):4-5. 1891 -Lactancia materna. La Higiene. 1891;1(28):7-8.
1891 -Tremols JA. Lactancia artificial. Prog Med 1891;3(3):86-8.
1892 -La leche cruda y la leche hervida. La Higiene. 1892;2(13):102.
1893 -Dueñas JL. Apuntes sobre la alimentación empleada durante la primera infancia en la Isla de Cuba. Cron Med Quir Habana. 1893;19:689-697.
1893 -La leche en La Habana. La Higiene. 1893;3(4):19-20.
1893 -Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Sesión del 22 de octubre de 1893. Tema: la leche bajo el punto de vista de la higiene pública. Prog Med. 1893;5(11):273-6.
1894 -Delfín M. Intoxicación por la leche. Cron Med Quir Habana. 1894; 20:71-2.
1894 -González Curquejo A. Conservación de la leche fresca. Rep Med Farm Cien
1895 -Rodríguez Méndez R. Lactancia artificial. Rep Med Farm Cien Aux. 1895; 6 (6):165-72.
1897 -Fernández Hernández JS. Higiene de la lactancia, por el Dr. E. Acosta. Análisis. Cron Med Quir Habana. 1897; 23:230-1.
1898
-Guardia V. Reglas para la alimentación de los niños. Cron Med Quir Habana. 1898; 24:371-4.
1899 -Digestibilidad de la leche de vaca y alimentación de los niños de pecho. Habana Med 1899; 2(7):51-3.
1900 -Leche de mujer: investigaciones bacteriológicas y químicas. Habana Med. 1900;3(2):13.



En Buenos Aires no era muy bien vista la nodriza:
“La leche de las verdaderas madres influye mucho sobre el carácter de los niños. Un niño criado por su propia madre que tenga un carácter dócil, será dócil como ella; pero si le cría una nodriza, cuyo carácter sea enfadoso y grosero, participará de sus defectos.
La lactancia materna, sobre cuyos beneficios la ciencia aún aporta novedades, era por igual fomentada en aquella época. Aunque sus cultores no se privaban entonces de incluir una condena social a las mujeres que no amamantaban y a las amas de leche.... Una madre cría a sus hijos, pero una mercenaria criará, si puede, muchos a un tiempo, y estas infelices víctimas de la codicia caerán en un estado de debilidad y consunción, y perecerán. Si su temperamento es bastante fuerte para resistir a esta prueba, se atrasarán, por lo menos en crecer, y este atraso será para ellos un obstáculo invencible al desarrollo de su constitución. Todos estos inconvenientes se evitarán si las madres no sofocasen los gritos de la naturaleza, y si se interesasen en la salud de sus hijos...” decian en el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, 14 de marzo de 1804 en El mundo de la infancia en 1870” http://www.chicosdelacalle.org/news04b/040804nf.html


La misma ex casa cuna donde dejaban a los niños abandonados tiene registrado al famoso a benito Quinquela Martin que tuvo su ama de leche.

Lactancia por medio de la hembra de un animal

“Hay un género de lactancia que cuenta numerosos partidarios: es la lactancia por la cabra, entre las hembras de todos los animales, se presta mejor á esta función...En el caso en que este método de lactancia sea aceptado por el médico de la familia, recomendamos emplear las mismas reglas que los métodos anteriores. Cada dos horas próximamente se conduce la cabra al aposento del niño, se acuesta el animal sobre una alfombra espesa y en seguida se coloca al niño sobre su pequeña almohada, á lo largo del vientre de la cabra y se le introduce el pezón en la boca.
Es necesario observar la mayor limpieza y al efecto se debe lavar el pezón de la cabra con agua tibia antes de dárselo al niño. Una vez que este hay ingerido la cantidad de leche necesaria se vuelve a conducir la cabra al establo. Esta” nodriza” necesita una alimentación apropiada y debe tomar aire cada día...La zanahoria es sin embargo una alimento excelente que debe constituir con la alfalfa seca y las tortas de maíz, la base de la alimentación de las cabras lecheras; la alimentación verde y fresca exige que sea bien elejida y juiciosamente empleada para no alterar las cualidades de la leche...” Anales del CÍrculo Médico Argentino, 1° de Julio de 1879

James Halliday, Medicina Psicosocial. cuenta que : “El criar el niño al pecho era norma universal, o poco menos. En caso de dificultad, se buscaba una ama de leche. Estas existían en abundancia, ya que de cada cinco niños uno moría antes de cumplir el año. El biberón, conocido en Inglaterra desde el siglo anterior, era utilizado únicamente por las clases pudientes. Las tetinas eran realmente pezones de ternera -conservados en alcohol- o se hacían de gamuza o de pergamino, asegurándose con hilo la teta artificial al cuello de la botella. Nada se sabía acerca de la esterilización, y la mortandad entre los niños criados a biberón sin duda debía ser considerable. El biberón no se popularizó entre la clase trabajadora hasta que se hizo más abundante el suministro de caucho, hacia fines del siglo XIX.
De noche, el niño se dormía a veces en una cuna-mecedora de madera, pero a menudo se lo recostaba al lado de sus padres o hermanos, costumbre que –sobre todo si los padres estaban ebrios, hecho no infrecuente en aquellos tiempos- muchas veces le provocaba la muerte por “sofocación”. ( La muerte por sofocación no se tomaba muy en serio, y la ley de la época la consideraba una contravención, pero no un crimen). En cuanto a ropa, el niño quedaba totalmente “envuelto”- es decir, cubierto con fajas- y hasta cosido dentro del estrecho pañal durante meses enteros. Lavar al niño era considerado cosa peligrosa.
En cuanto educar el intestino, muy poco se hacia antes de los dos o tres años. La incontinencia infantil les importaba poco a aquellas generaciones que, antes de la introducción de las obras sanitarias, poseían una tolerancia ilimitada para los olores fecales. ¿A que preocuparse? El niño, con el tiempo, llegaría naturalmente a controlar sus esfínteres y a descubrir por si mismo las ventajas de poder resolver estos problemas sin ayuda”.

En Europa

La revolución en la vida y en las costumbres europeas entre 1760 y 1820 culminó con el triunfo de la Teoría de la Complementariedad sexual, cuyo principal ideólogo y defensor fue Rousseau. Quien decia que: "hombres y mujeres no son física ni moralmente iguales, sino complementariamente opuestos, luego no es posible que disfruten los mismos derechos. Con esta teoría las desigualdades «naturales» se utilizan para satisfacer las necesidades de la sociedad europea. Según Rousseau las mujeres no son inferiores a los hombres, son diferentes, incomparables y, por lo tanto, su papel en la democracia debe ser actuar como madres y como nodrizas. http://www.rieoei.org/oeivirt/rie06a03.htm
Según advertimos en las fuentes, el 11 de agosto de 1322, el procurador del decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de París, acusó a esta mujer de practicar ilegalmente la medicina en París y sus alrededores. Tenía fama de ser más sabia que cualquier maestro médico o cirujano que hubiera en París. Observaba al enfermo, analizaba la orina y tomaba el pulso, forma de actuación reconocida como herramienta diagnóstica y pronóstica de un modelo de interpretación de la enfermedad basado en el galenismo. Atendía a pacientes de ambos sexos y una gran variedad de enfermedades: fiebre, gota, impotencia, afecciones de la cabeza, de los oídos, de los órganos sexuales femeninos, etc.
Respecto a esto último, apuntaba la conveniencia de que fuera una mujer la que tratara las dolencias que afectaban a estas partes tan íntimas. En cuanto a los procedimientos terapéuticos que utilizaba para la curación, iban desde la ingesta de purgantes o jarabes, hasta artilugios para potenciar la sudoración. Incidentes como el de Jacoba Félicié nos revelan que existía una práctica médica femenina al lado de la universitaria. Y es que en los temas relacionados con la salud y la enfermedad participaba la sociedad entera. Así, paralelamente al saber científico-técnico y a su puesta en práctica, existieron toda una gama de saberes populares, transmitidos de generación en generación, y de prácticas alternativas. La medicina, la magia y el milagro [9] compitieron como métodos de sanación. Tratando de delimitarlos, podemos decir que los que eran partidarios de la medicina, como instrumento de curación, pensaban que el origen de las enfermedades se hallaba en los trastornos funcionales del cuerpo. Teniendo en cuenta las funciones y desequilibrios humorales de éste, a través de una minuciosa observación, el médico diagnosticaba la enfermedad. Explicaba las carencias y desequilibrios del organismo a través del estudio del entorno, esto es, el clima, la fauna, la flora, y de las prácticas del individuo, como el comportamiento sexual, la higiene, la alimentación, etc. Una vez delimitada las causas de la dolencia, el especialista aportaba los remedios para superarla.
En cuanto a los que acudían a la magia, como técnica de sanación, creían que las enfermedades se generaban, entre otras causas, por la transgresión de un tabú, las ofensas a la divinidad, la pérdida del alma, la posesión de un espíritu diabólico, la intrusión de un cuerpo extraño o la maldición mágica. Para lograr la curación, el enfermo debía descubrir la causa exacta de su padecimiento. Con este fin, acudía a una persona, con cualidades especiales, que dialogaba con los espíritus hasta alcanzar la certeza acerca de la causa del mal. Dependiendo del caso, la persona sanaba mediante conjuros, hechizos, amuletos o rituales de purificación en los que se combinaban el poder de la palabra y numerosos elementos, sobre todo, del mundo natural y animal.
Una tradición grecorromana vinculada con la magia, que aparece recogida en la Historia natural de Plinio, es la del poder medicinal de ciertos tipos de nudos. El autor apunta que se creía que sujetar las heridas con el nudo de Hércules hacía que las curaciones se produjeran con maravillosa rapidez . Como ésta, encontramos numerosas técnicas que pervivían en el período medieval, aunque ya Plinio presentaba una postura ambigua respecto a la eficacia de este tipo de fórmulas. Un papel esencial, en las prácticas mágicas de este período, fue el ocupado por la lapidaria.
Los lapidarios medievales, depositarios de las viejas tradiciones del antiguo Egipto o de las civilizaciones asirio-babilónica, exaltaban todas las virtudes de las gemas o piedras preciosas.
A menudo, se basaban en un proceso de analogía. Así, por ejemplo, se creía que la amatista, de color vinoso, era buena para combatir la embriaguez; las piedras rojas, como el coral, para fortificar la sangre en las anemias y para combatir las hemorragias; las piedras blancas o lechosas, como el coral blanco, para aumentar la producción de la leche en las nodrizas
Muchas mujeres de toda España, acudían a la capital a ofrecerse como nodrizas, y todas eran conocidas como "pasiegas", aunque la mayoría no lo eran.Las nodrizas reales pasiegas hicieron su aparición en tiempos de Fernando VII. Las candidatas eran escogidas muy escrupulosa- mente por los médicos de palacio. Las con- diciones eran tener entre 19 y 26 años, estar criando al segundo o tercer hijo, con leche de no más de 90 días, sin haber criado antes a ningún otro hijo ajeno. También debían estar vacunadas y no padecer, ni ella ni el marido, ni tan siquiera la familia de ambos, enfermedades de la piel. Otra condición indispensable era que el marido se dedicase al cultivo del campo
de http://www.cantabriajoven.com/vega_pas/historia/historia2.html

Walter Adet1 Nos cuenta que
Bernardo Frías en sus "Tradiciones históricas de Salta" describe el barrio de los artesanos, conocido como La Banda, ubicado en la zona Sur de la ciudad. El diario El Tiempo informa que ese barrio eCurandero/a: Oficio que involucraba tres roles en uno: curandera, adivina y bruja, roles siempre vigentes en el Noroeste por estar muy ligados al saber y a la cultura popular, aunque sus servicios eran requeridos por sufrientes de todos los sectores sociales. Oficios respetados y ejercidos, indistintamente, por hombres y mujeres. El curandero / a sentaba su buen nombre y prestigio en la regularidad y eficacia de sus intervenciones. Sólo así lograba una clientela fiel y numerosa. Los curanderos tenían varios tipos de acciones terapéuticas consistentes en una serie de ritos manuales, conocimiento de yerbas medicinales a las que unían rezos y conjuros. Existían los que curaban por secreto: empacho, susto, caída de la paletilla, verrugas, mal de ojo y otros males. Algunos componían a tirones los huesos zafados y quebrados.
En el campo eran los únicos sanadores a quien los pobladores podían acudir. Allí tenían especial importancia los "desbichadores". Estos curaban por el rastro al ganado. De ellos nos habla doña Ceferina pues su padre curaba animales de esa manera:
Pregunta: ¿Qué trabajos hacía su papá?
Ceferina: Peón era, hacía de todo en la finca y además curaba los animales por secreto. Tenía amontonada la creolina porque no la usaba. Los animales se agusanaban y se embravecían. El se iba al monte tras la hacienda, a curarlos y los curaba por el rastro, porque quién se arrima a un animal enfurecido. El iba de lejos, los miraba y los curaba. Al cabo de un tiempo se caían todos los gusanos y sanaba el animal.
Don Aldo, de 72 años, hasta hoy recuerda como su vida fue salvada por una curandera:
Aldo: Mi madre recuerda que cuando tenía más o menos un año comencé a no comer y adelgazar en forma alarmante. Acudió a médicos de Salta y Tucumán sin resultado positivo. Sin saber a quien acudir una amiga le aconsejó llevarme a una curandera de la Banda de Río Salí. Una vez en casa de la curandera, siempre por relato de mi madre, me tomó ambas piernas, las midió y al ver que una estaba más larga que la otra me dio un fuerte golpe con la palma de la mano, en las plantas de los pies y hasta hoy. Este mal se llamaba la "caída de la paletilla" y no había médico que pudiera curarlo".
Don Carlos, nos habla de una curandera:
Carlos: La zona donde hoy está el matadero, en la avenida Independencia, todo eso era monte y ahí vivía una curandera famosa. Venían de todas partes a verla, venían de otros barrios, del campo, principalmente con criaturas a las que les tiraba "el cuerito".
La gente pobre no iba al médico, iba a los curanderos. ¡Si la visita al médico costaba $ 5, qué iban a ir! Pero mi vieja tenía remedios pa ' todo.
Hicimos referencia a los roles de las sanadoras. Para la prensa escrita todas eran brujas y adivinas que realizaban sus sortilegios y curaciones en un cuarto cerrado y lleno de sahumerios para espantar a los malos espíritus. La creencia en los "malos espíritus" -y en otros males "externos"- se agudiza cuando una sociedad resulta sacudida por la inestabilidad política y económica, pobreza e inseguridad crecientes, pestes y cataclismos. Frente a tales calamidades los sujetos acuden a las adivinas. Estas adormecen temores, inflaman amores insatisfechos, odios, celos. Hay quienes alientan vilezas de todo tipo y fantasías de poder y riqueza. Todos usaban un ritual que a veces era muy aparatoso.
Doña Nelly, mujer relativamente joven, madre de tres niños cuenta cómo fue curado su bebé:
Pregunta: ¿Cuando su hijito enfermó, usted acudió al médico o a una curandera?
Nelly: Yo he ido a ver a doña Eulogia, que cura a los niños chiquitos. A mi hijito de dos meses le supuraba el pupo y se le formó una dureza que según los médicos era una hernia. Voy a doña Eulogia y me dijo que tenía que llevar al chiquito en la noche de luna llena. Cuando lo llevé lo levantó en sus brazos, en alto como si fuera una ofrenda y lo puso a la luz de la luna durante tres minutos y por tres veces seguidas y rezando. Este se repitió durante tres meses seguidos en las noches de luna llena. En mi casa yo tenía que darle al chico un té de hojas nuevitas de limón. A los tres días de la tercera cura el chico se curó.
Los relatos de la gente permiten entrever un mundo alucinante y oculto, pero, cotidianamente preesente tanto en la ciudad como en el campo.
Comadronas: Los obstetras como profesionales especializados, casi no existían. Tomaban su lugar las parteras, llamadas respetuosamente, en la comunidad, comadronas. El censo de 1914 registra para toda la provincia veintidós parteras posiblemente con título oficial. En el conjunto de la provincia las diplomadas, seguramente, fueron escasas. El papel de comadrona lo ejercía una mujer experimentada. También los hombres podían y, de hecho los había, dedicados al oficio, pero la preferencia de las parturientas por personas de su sexo, los hizo escasos. En los pueblitos del interior la comadrona era tan importante como el intendente o el párroco. Gozaba del cariñoso respeto de grandes y chicos.
Nunca fue trabajo sencillo ayudar a traer niños al mundo, pero, en la época que nos ocupa, era mucho más riesgoso Los alumbramientos se atendían en el hogar de las parturientas. Los riesgos eran grandes e imprevistos y sólo una gran experiencia hacía posible el trabajo de estas resueltas mujeres, cuya figura se convirtió en secundaria con la radicación de médicos en los pueblos del interior. Las parteras, contaban sus alegrías y preferían callar las experiencias dolorosas.
Doña Lucrecia, nacida en El Bordo, Departamento de Campo Santo, de 67 años, recuerda a la partera de su pueblo:
Lucrecia: Más allá del conventillo donde vivíamos nosotros, vivía doña Rosaura y su esposo Felipe y sus tres hijos. Doña Rosaura era la curandera del pueblo, curaba susto, pulso, falseaduras y era, además, la partera del pueblo. Era una señora entrada en años cuando la conocí. Decía mi mamá que ella la atendió en mi nacimiento. Usaba polleras largas, le gustaba el tinto y para carnaval y al levantar las ofrendas de las almas el día de los muertos, le gustaba golpear la caja.
El censo de 1914 contabilizaba, para toda la provincia, ciento diez oficios, sin hacer distingo entre oficios calificados y no calificados. Además de los mencionados encontramos en dicho censo: panaderos, pasteleros, picapedreros, toneleros, mecánicos, peluqueros, tapiceros, tintoreros, torneros, tipógrafos, electricistas, foguistas, lecheros, lavanderas, planchadoras, lustrabotas, canillitas, mineros y otros. Es elemental hacer notar que sobre una población de 19.119 trabajadores había 17.227 argentinos y sólo 1.892 extranjeros. En algún momento hicimos alusión al "trabajo interminable, agotador de las mujeres". El censo aludido confirma, en cifras, esa realidad. Sobre el porcentaje total de trabajadores nativos, 13.564, eran mujeres y sólo registra el censo, 3.663 varones ocupados.
Cabe la pregunta ¿en una época de escasez de trabajo, en qué se ocupaba un número tan elevado de mujeres? La mayor parte eran: amasadoras, costureras, hiladoras, tejedoras, lavanderas y, lógicamente, empleadas domésticas.
Oficios N° Oficios N°
Costureras 4.728 Hiladoras y tejedoras 3.739
Amasadoras 307 Lavanderas 4.275
Planchadoras 520 Cocineras 2.245
Domésticas 1.279 Mucamas 626
Amas de llave 67 Amas de leche 4
Niñeras 57
Algunos servicios tendían a desaparecer o bien no se declaraban, como el de ama de leche. Estas mujeres prestaron este tipo tan particular de servicio hasta bien entrado el siglo XX. Probablemente el consumo generalizado de la leche en polvo terminó con el oficio. El inefable Palermo Riviello, aludía con desprecio a las amas de leche y criticaba, como si fuera novedad, la vieja y extendida costumbre:
"[...] fiar la crianza de los hijos a mujeres mercenarias.[...] (antes) ni existía la crianza de los hijos en pechos ajenos”.
Nuestra amiga doña Catu, conocida por sus ricos testimonios, cuenta:
Pregunta: ¿Puede contarme algo a cerca de las amas de leche?
Catu: Eran mujeres a las que se pagaba para amamantar a los chicos cuyas madres no tenían leche.
Pregunta: ¿Qué condiciones debía tener una mujer para trabajar como ama de leche?
Catu: Bueno, debían ser limpias y sanas. Se las hacía revisar por el médico por posibles contagios. Se tomaba la precaución de desinfectarlas y cuando se les colocaba el nene en los brazos se le cubría el rostro con una gasa.
Pregunta: ¿Y por qué se hacía eso?
Catu: No sé. Era una costumbre.

LAS NODRIZAS EN LA HISTORIA
"¿Quieres que yo vaya y llame una nodriza de entre las hebreas para que te críe este niño?". "Ve", le contestó la hija de Faraón. Fue, pues, la joven y llamó a la madre del niño. Y la hija de Faraón le dijo: "Toma este niño y críamelo que yo te pagaré." La Biblia. Éxodo 2: 7-9 (siglo IX a.C.)
Dejando aparte algunas culturas como la espartana clásica, en la que existían leyes que obligaban a todas las mujeres a amamantar a sus hijos, fuese cuál fuese su clase social, se conocen numerosos textos históricos en los que se aprecia que en muchas civilizaciones, mujeres de distintas generaciones y clases sociales no han amamantado a sus hijos.
Hay referencias antiquísimas al sistema de amas de cría en dos códigos babilónicos de las culturas paleo-semíticas de la antigua Mesopotamia: una de las Leyes de Esnunna (final del siglo XIX a.C.) estipula el pago debido a la nodriza, y el Código de Hammurabi, unos treinta años posterior al anterior, contiene una disposición sobre las nodrizas; el hebreo Jeremías se lamenta en el 600 a.C. que las mujeres de la época sean peores que chacales por no amamantar a sus hijos y se pueden encontrar hasta diez referencias en nueve libros diferentes de la Biblia judeocristiana y una en el Nuevo Testamento sobre las amas de cría.
Las nodrizas eran muy comunes en la Grecia clásica, siendo preferidas a las propias madres por Platón (427-347 a.C.), y a las mejores se las tenía en gran consideración; Aristóteles (384-322 a.C.) en su Historia Animalium se interesa por la lactancia y describe métodos para determinar si la leche de una mujer, sea la propia madre o de una nodriza es apta para el lactante, llegando a la conclusión de que la leche de los primeros días o calostro no debe ser consumida por el recién nacido. La mayoría de mujeres nobles del Imperio romano recurrían a nodrizas para amamantar a sus hijos. Sorano de Efeso (98- 138 d.C.), en Gynecia, tratado de referencia de la Ginecología y la Obstetricia durante más de 1.500 años, describe minu ciosamente las condiciones de elección de una buena nodriza, su dieta, régimen de vida y formas de lactar.
Pese a ello, la consideración de una buena madre en la Roma Imperial era aquella que amamantaba a sus hijos. A partir del siglo VII podemos encontrar referencias al sistema de amas de cría hasta en tres suras distintos del Corán, y en España en las Partidas de Alfonso X el Sabio (1221-1284) se recogen las condiciones que deben reunir las nodrizas reales. En la Francia de los siglos XIII al XIX las mujeres de clases media y alta no amamantan a sus hijos, haciéndolo por medio de nodrizas, leches de diversos animales y preparados de cereales. Ambroise Paré (1509-1590), el médico francés más famoso de su época, titula un capítulo de una de sus obras Acerca de los senos y el pecho de la nodriza y una discípula suya, Louise Bourgeoise publica en 1609 el primer libro francés sobre obstetricia escrito por una matrona, en el que explica los consejos para la elección de una buena nodriza.
En Florencia, hacia 1300, en franco contraste con la moda extendida del género pictórico de la Madonna del latte (Virgen de leche) que exalta claramente las virtudes de la lactancia materna y el vínculo materno-filial establecido por medio de ella, se extiende la costumbre de enviar a los niños de las clases noble y media urbanas con una balia o nodriza al campo durante un promedio de 2 años. La lactancia mercenaria se extiende de tal manera durante el Renacimiento en Europa, pero sobre todo en Francia e Italia, que la mayoría de mujeres (las de la clase humilde) amamantaban a más de una criatura a la vez: la suya propia y la dejada a su cuidado.
Teniendo en cuenta el efecto anticonceptivo de la lactancia, las clases populares tenían una fecundidad limitada por término medio a un nacimiento bianual, lo que ha podido constituir un efectivo control de natalidad entre las masas campesinas de la Europa preindustrial. Por el contrario, la fecundidad no controlada por lactancia entre las clases acomodadas hace que la descendencia pueda suponer de 15 a 20 hijos, pero a expensas de una terrible mortalidad. En Francia, lo que en el XVI era una práctica exclusiva de la aristocracia, se extiende en el XVII a la burguesía y alcanza en el XVIII a las clases populares: unas y otras mujeres dependen de la leche de pago, las de clase social baja para poder trabajar y las de clase alta para atender sus numerosas obligaciones sociales.
En 1780, de 21.000 niños nacidos en París, 1.801 son amamantados por sus madres, 19.000 por una nodriza en el domicilio familiar, nourrice sur lieu, o en la inclusa y 199 en casa de una nodriza, generalmente en el campo. En este país el sistema de nodrizas alcanza enormes proporciones, siendo el único de Europa que reglamenta oficialmente la lactancia mercenaria, conociéndose legislación al respecto desde 1284; en el siglo XVIII se desarrollan disposiciones para proteger a los niños amamantados por nodrizas y garantizar la remuneración de las mismas y en 1769 se crea en París el Bureau des Nourrices, Oficina de Nodrizas, dependiente del gobierno, que, entre 1770 y 1776 recluta 15.000 amas de cría,
Fragmento extraido de http://www.aeped.es/monografias/pdf/monografia_5_lactancia_materna.pdf
Lactancia y Ciudadanía. Una cuestión de género ayer y hoy
Di Liscia, María Herminia (a)
Resumen
El objetivo de este artículo es analizar la política y el discurso estatal que desarrollaron los primeros gobiernos peronistas en relación con la lactancia, como así también su tratamiento en los servicios de salud actuales.En ambos momentos históricos se procura integrar a los abordajes médico-sanitarios una visión de género puesto que se trata justamente del ejercicio de una de las funciones ligadas a la maternidad en la que considero imprescindible tomar posición en cuanto a las implicancias sobre el uso del cuerpo, la subjetividad y los derechos de las mujeres.La promoción de la lactancia muestra una concepción de mujer y su valorización exclusivamente como madre. Dar de mamar es y ha sido mucho más que una función puramente biológica y supone otro modo de regulación del cuerpo femenino y del lugar de la mujer en la sociedad.

Introducción
El objetivo de este artículo es analizar la política y el discurso estatal que desarrollaron los primeros gobiernos peronistas en relación con la lactancia1 . Mientras lo escribía, se estaba llevando a cabo la semana internacional de la lactancia, lo que me dio la pauta de la vigencia actual del tema y me animó a intentar realizar una proyección -aunque somera- del tratamiento político-sanitario en nuestros días. En ambos momentos históricos procuro integrar a los abordajes médico-sanitarios una visión de género puesto que se trata justamente del ejercicio de una de las funciones ligadas a la maternidad en la que considero imprescindible tomar posición en cuanto a las implicancias sobre el uso del cuerpo, la subjetividad y los derechos de las mujeres.El plan sanitario del peronismo se planteó la imperiosa necesidad de implementar una serie de criterios científicos para asegurar una maternidad sana y exitosa. Con este objetivo, inscripto dentro de las metas de aumento de la natalidad y creación de una raza sana y fuerte para la Nueva Argentina Justicialista, se puso en práctica un amplio dispositivo que incluyó medidas legales de protección hacia la maternidad y normas de puericultura y maternología.Las mujeres fueron convocadas en tanto ciudadanas portadoras de los nuevos derechos políticos pero con deberes claros hacia la familia, la nación y el proyecto político en vigencia.La articulación de la ciudadanía política y social encontró su punto de inflexión en la interpelación hacia la maternidad. La política sanitaria que se diseñó se apoyó fuertemente en la importancia y necesidad de preparar a las mujeres para convertirlas en madres, a través de impartirles normas vinculadas con la crianza, relacionando conocimientos prácticos con la motivación de emociones, valores, es decir, un conjunto de sentimientos y destrezas que hacen a una buena madre y configuran el ideal maternal. El discurso relativo a la promoción de la lactancia materna se desarrolló en un momento en que ya casi estaba extinguido el modelo de la nodriza y comenzaba a aparecer en el mercado la alimentación artificial.Las concepciones y prácticas acerca de la lactancia, expresan significativamente la condición maternal de una sociedad en una época determinada. En la etapa estudiada, promover la maternidad y controlar la crianza se convirtieron en una política del estado y en un deber de las mujeres. En otros trabajos anteriores, (Di Liscia, 1999 y 2000) se ha hecho hincapié en la legislación y en el discurso del peronismo hacia la maternidad. Se ha visto que se refuerzan y amplían notablemente un conjunto de acciones que expresaban preocupaciones del estado argentino desde principios de siglo, básicamente la tendencia a la desnatalidad y la necesidad de vigilancia sanitaria hacia la población. Entre estas, fueron significativas las reglamentaciones sobre prostitución y el control hacia la sífilis ya que apuntaban a evitar la degeneración de la raza.Por otra parte, el gobierno peronista retomó y difundió algunas leyes que, surgidas desde las filas del socialismo, focalizaron en la protección de las madres trabajadoras y la primera infancia.2Desde 1880 funcionaba el Departamento Nacional de Higiene y desde fines de siglo, la Municipalidad de Buenos Aires había establecido disposiciones tendientes a regular la lactancia mercenaria.En 1934 se dictó la ley 12341 que establecía un régimen de protección de la maternidad para empleadas y obreras particulares, se prohibía el trabajo de las mujeres treinta días antes del parto y cuarenta y cinco días después. Pocosaños más tarde, en 1937 se creó la Dirección de Maternidad e Infancia (dependiente del Departamento nombrado) donde se delineó un completo plan de protección a la maternidad. En él aparecen una serie de instituciones a crear como centros de protección maternal e infantil; hogares talleres maternales para solteras, abandonadas, tuberculosas e indigentes; maternidades y servicios maternales a domicilio; etc. El proyecto se complementaba con salas de lactancia, cantinas maternales, infantiles y lactarios. La lactancia se establece como un deber de toda madre hacia su hijo y se prescribe que ninguna madre podrá amamantar a un niño ajeno mientras el suyo no haya cumplido cinco meses de edad, previa autorización de la Dirección de Maternidad e Infancia. (Novick, 1992: 105). Sin embargo, aunque las leyes y los discursos médicos expresaron una línea social y protectora, los recursos que destinó el Estado previamente al peronismo no fueron sustanciales y gran parte de estas formulaciones no llegaron a concretarse 3.La política del peronismo sobre promoción de la lactancia materna se basó en reforzar el mensaje de la maternidad biológica, que prolonga y liga a la madre con su hijo4, a fin de que esta no se desdibujara dentro de las representaciones e imágenes de maternidad social y de ciudadanía femenina que el mismo Estado promovía.La lactancia reflejaba otra instancia de moralización de la mujer, en una etapa en que los profundos cambios de la época, como la participación política y la presencia en el mercado de trabajo forjaban nuevas imágenes del género femenino. En este contexto, es pertinente realizar una breve alusión a la mujer trabajadora5.«En 1950 la participación de la mano de obra femenina en la actividad fabril se calcula en un 32% y se concentra en los rubros: textil, docente, servicio doméstico, comercio, sanidad, bancos privados y costura a domicilio» (Girbal-Blacha 1997: 220). Según esta autora, el peronismo al poner el acento en la familia como núcleo básico de la sociedad, promociona el hogar como ámbito laboral femenino en el que tomarían nuevo auge las tradicionales labores femeninas como costura, tejido, etc. Por estas razones, las tareas productivas dentro del hogar permiten la lactancia y construyen una imagen armónica de mujer partícipe en la creación de riqueza desde su casa, sin descuido de su mandato más importante y sagrado, el más sustancial para la nación. En palabras de Eva Perón, el hogar no puede funcionar sin la gestión de la madre, en la que reconoce funciones variadas pero todas apoyadas en las virtudes de abnegación femenino 6«(..)Y mientras el hombre se entrega febrilmente a la búsqueda de soluciones para problemas abstractos, sin contenido práctico muchas veces, las madres se aplican abnegadamente a resolver hora tras hora el problema que crea el presupuesto familiar, la alimentación, la educación, y el abrigo de sus hijos, con esa vigilancia permanente y esa sensibilidad de espíritu que solamente las mujeres tienen para comprender toda la magnitud del mal».A través de la lactancia puede observarse el refuerzo del rol del médico, especialista y único consejero válido para la crianza, quien derivaba en el personal de salud subalterno los conocimientos científicos de una correcta alimentación.
Las nodrizas
Al igual que en algunos países europeos, en Argentina se desarrolló la costumbre de la lactancia a través de nodrizas. Para las clases burguesas, amamantar no sólo era considerado una práctica poco elegante, casi «animal» (Kniebiehler, 1996:105), sino también una limitante de la vida social y pública que podían desarrollar estas mujeres. Para las mujeres pobres, muchas de ellas migrantes rurales en las ciudades, dar de mamar a hijos ajenos se convirtió en un ingreso monetario posible para quienes no poseían ningún tipo de calificación.Médicos e higienistas condenaban no sólo a quienes no amamantaban a sus propios hijos y utilizaban la compra del servicio, de ahí la denominación de «lactancia mercenaria», sino también a las que no lo hacían por estar abocadas al trabajo. Así, campesinas y obreras frecuentemente eran acusadas de ser el motivo de la destrucción de las familias y de la mortalidad de los niños (Fuentes Caballero, 1997: 87).En nuestro país, a partir de la generación del '80 el Estado comienza a tomar a su cargo áreas como la educativa y sanitaria, época que marca también el aumento del poder de la medicina y los médicos como «técnicas» de lo social. La regulación estatal, definida sin duda a partir de los objetivos de los grupos dominantes, se dirigió al control de los sectores populares. «Los estratos más altos recurrieron al servicio doméstico: gobernantas, niñeras, nodrizas, etc., para la crianza y educación de los hijos cuando por alguna razón no se hacían cargo de sus obligaciones. Los estratos más bajos, en cambio, ofrecieron su mano de obra y hasta su cuerpo, en el caso de las nodrizas, para encontrar una salida laboral» (Pagan¡ y Alcaraz, s/d/ed :1 ).La Municipalidad de Buenos Aires realizaba la revisación de las amas de leche a fin de comprobar su estado sanitario, emitiendo un certificado que quien las contratara debía solicitar para asegurarse así que la mujer estaba sana y no enfermaría al niño amamantado. Esta ocupación constituyó una salida laboral para las inmigrantes, trabajo que se podía contratar a través de agencias de colocación que ofrecían una descripción completa de las ofrecidas y garantizaban a la vez el certificado de sanidad y las virtudes de las nodrizas7.En el período comprendido entre 1885 y 1945, puede observarse una disminución abrupta en la oferta de amas de leche en la ciudad de Buenos Aires a partir de 1925, siendo esta oferta prácticamente insignificante para 1945 (Pagan¡ y Alcaraz, op. cit.).Las fuentes que hemos consultado para nuestro período de estudio ponen el acento primordialmente en la lactancia de la propia madre con respecto a su hijo y no hay demasiadas menciones sobre las de amas de leche.El peronismo a través de la lactancia va a ser suyo un discurso -originalmente europeo- en el que «el cuerpo de la mujer es la matriz del cuerpo social: es necesario adaptarlo perfectamente a la función reproductiva (...) el embarazo y, más aún la lactancia, constituyen momentos privilegiados para moralizar. Toda madre debe alimentar a su hijo: si ha tenido fuerzas para traerlo al mundo también tendrá fuerzas para amamantarlo. Si es necesario deberá huir de la agitación, de las tentaciones del mundo y retirarse al campo» (Kniebiehler, 1996:109).Como ya hemos planteado en otros trabajos (Di Liscia, 1999 y 2000) el discurso sobre la maternidad y la crianza de los hijos vincularon a la mujer a un ambiente sano, sin «promiscuidad»,_ en alusión alude a claros elementos morales. En este cometido, el Estado y las madres tienen un rol específico. El primero para vigilar que las madres pobres, solteras, desamparadas, o que provienen de ambientes desintegrados puedan tener y criar sus hijos junto a familias cuando no las tienen o estar contenidas por instituciones.Las madres, como garantía de crianza reforzada por nuevos preceptos de alimentación, de higiene, del espacio hogareño saludable y de enseñanza de normas morales y religiosas, estas últimas provenientes de la tradición católica, base reconocida de la doctrina peronista.«Una madre ignorante es una madre peligrosa para sus hijos». «Una madre prolija planeará un programa diario para su bebé». Lactancia, alimentación y cuidados.
Las cuestiones relativas a la alimentación fueron preocupaciones de los dos períodos de gobierno. Atención sanitaria, medicina social y alimentación adecuada fueron consideradas las bases de riqueza y desarrollo de un pueblo8 . Sin duda, la alimentación de las madres embarazadas y los lactantes ocupó un lugar privilegiado. Así, el papel de la medicina moderna se amplió, abarcando la cotidianeidad de la casa y la privacidad de los hogares y se difundió cada vez más el rol del médico como único especialista adecuado para guiar y aconsejar sobre una correcta alimentación. También hacia el personal de salud se desarrollaron una serie de acciones a fin de adiestrarlas en las nuevas fórmulas alimentarias a través de cursos de capacitación que se llevan a cabo en cada una de las Direcciones Generales de Sanidad Regional9.El discurso sobre la mujer que amamanta tocaba dos aspectos, uno técnico-biológico y el otro social-político. El primero se refería a enseñar la importancia de recuperar ciertas sustancias que se perdían en el amamantamiento y la necesidad del aumento calórico de la alimentación de la mujer. El segundo se dirigía a plantear la lactancia como deber ineludible de las madres a fin de formar niños sanos, futuros ciudadanos, «nuevas generaciones de argentinos sanos de cuerpo y espíritu y unidos cada vez más en una sólida conjunción de patrióticos ideales»10.Los índices de mortalidad materna habían descendido hacia 1949 (García, 1954:184), pero la mortalidad infantil seguía siendo importante y la lactancia materna era la vía más efectiva para luchar contra ella.El deber de la mujer, tenía la contraparte de la fiscalización del Estado, que debía velar por la buena alimentación de todas las argentinas, pero sobre todo las trabajadoras, por lo que se plantea la existencia de «cantinas maternales, comedores en fábricas y establecimientos industriales con más de 100 obreras, cuotas suplementarias alimentarias en la segunda mitad del embarazo, adoptando el sistema de la estampilla alimentaria. En cuanto a las nodrizas, la acción se realizará por intermedio de los comedores de amas de leche, examen médico periódico, salas de lactancia en fábricas, talleres, protección contra las industrias y ambientes insalubres y otras medidas tendientes a aumentar el subsidio de alimentación a las clases indigentes»11. Puede verse así como el deber aparece en el discurso como derechos (a comedores, a la atención sanitaria, a descuentos en los traslados12, a subsidios), configurando una particular ciudadanía para la mujer en la que su pertenencia a la Nación Argentina y su valoración se realiza por su ser maternal.Hacia el fin de la década del '40 se produjo una crisis económica que afectó especialmente el abastecimiento alimentario en el país, tres años después volvió a repetirse, agravada por dos sequías. «En ese duro invierno de 1952, la gente debió consumir un pan negruzco, elaborado con mijo, faltó la carne y los cortes de luz fueron frecuentes» (Romero, 1994). La preocupación del Estado se manifestaba en medidas concretas que se centraban en el alimento esencial y primario: la leche. Así, se crea en diciembre de 1951 el Servicio Nacional de la Leche cuya misión fue «encarar en forma integral la solución del problema del abastecimiento de la leche en todo el país»13. Al año siguiente se realizó el Primer Congreso Argentino de racionalización alimentaria, dentro de cuyo temario ocupaba un lugar privilegiado el estudio de la leche, de la alimentación de la madre y del niño14.No sólo a través de la normativa oficial el Estado interpeló a las madres acerca de la lactancia y el compromiso de la crianza. Como en otros países (Nash, 1993: 632-633), un conjunto de publicaciones (entre los que se contaron los libros de texto escolares y folletería)15, que se distribuía en escuelas, oficinas públicas, unidades básicas y centros sanitarios llevaba también la obligación de toda mujer al conocimiento no sólo de ellas mismas sino de sus hijos, esposos y padres, en el ámbito laboral, político, educativo y en la casa. «Es obligación de toda madre criar a su hyo, tan sólo por razones de salud y consejo médico podrá dejar de hacerlo. (...) Si la madre no tuviera leche suficiente deberá consultar al especialista, que es el único autorizado para aconsejar el alimento conveniente para cada niño» 16.La función maternal fue objeto no sólo de preceptos y normas, sino también de regulación científica y de importantes medidas destinadas al aprendizaje maternal. En esta línea, la lactancia se inscribía dentro de una política global destinada a hacer desaparecer creencias, supersticiones y errores en relación al cuidado de la salud y a las prácticas reproductivas y alimentarias17 . Cartillas con minuciosos consejos y medidas diarias para tratar al bebé, para organizar la vida hogareña y el tiempo de las madres, aparecen junto a críticas hacia creencias tradicionales e interpelaciones agresivas como: «Una madre ignorante es una madre peligrosa para sus hijos» plantea el Almanaque de la Salud donde claramente queda expresada la importancia de la información y de nuevos conocimientos para desempeñar correctamente el rol maternal. «Así se produce un divorcio entre el saber empírico, intuitivo, tradicional de las mujeres y el saber racional, objetivo, innovador de los hombres. El último descalifica al primero: la antigua división de responsabilidades entre los sexos, en este punto, se desequilibra en favor de los hombres» (Kniebjehler, 1996: 115).
Los lactarios
La alimentación artificial del lactante puede hacerse a través de la leche de vaca y de las preparaciones en polvo. «Cuando por diversas razones la madre del niño no puede amamantara este, es necesario ofrecerle allactante mezclas lácteas correctas. La alimentación del niño, después de este período o sea la ablactacíón, va agregando papillas y otros elementos sucesivamente... (...J pues no debemos olvidar que para alcanzar al adulto sano de cuerpo y espíritu, factor de la grandeza de la patria, hay que crear el organismo infantil fuerte y robusto» 18.El control y la higiene, la capacitación al personal para realizar las mezclas correctamente, todas acciones fiscalizadas por el médico, son temas centrales tanto del discurso como de la implementación de las medidas concretas.Pero lo más importante es lograr que los niños sean alimentados por leche materna. Más que revitalizar el hábito del amamantamiento mercenario, que supondría legitimar diferencias de clase entre mujeres y la imposibilidad (de las más pobres) de alimentar a sus propios hijos, el peronismo se dirige a todas las mujeres para involucrarlas en un proceso de crianza más prolongado19, que supone una disposición de varios meses para poder cumplir con la lactancia.Si bien no se elimina totalmente la figura del ama de leche, esta ya no está en relación directa con una familia y un niño, sino que puede llevar su leche a los centros de extracción y conservación, abonándosele el servicio20. De este modo, cobran importancia los lactarios o ginegaladoxias, que eran centros de almacenamiento de leche materna cuidadosamente controlados y organizados de acuerdo a normas higiénicas. «La acción a desarrollar por intermedio de los lactaríos ogínegaladosías, provisión de mezclas lácteas correctas, centros de puericultura, ayuda de crianza, constituyen una función médico-social de alto valor higiénico. La ginegaladosia es un organismo que tiene por finalidad la entrega gratuita de leche humana para los niños que la requieran y que están bajo su control. Por este medio se evita la lactancia mercenaria con las funestas consecuencias que ella tiene para el hijo de la dadora. La ginagaladosia, al cuidar del niño, cumple funciones de centro de puericultura y es una forma eficiente de combatir la mortalidad infantil de la primera infancia (...J debe cuidarse la salud física y moral de los padres, pues con ello se establece la base fundamental de la Eugenesia, y de la Puericultura, pues de padres sanos nacen hijos sanos que cumplieran una evolución normal a través de las etapas de la vida »21.Desde el discurso estatal se consideraba que la lactancia no solo vincula físicamente más tiempo a la madre con su hijo, sino que posibilita la conexión psicológica y afectiva, base necesaria para «fomentar y reforzar sólidos vínculos morales y espirituales entre la familia argentina, vale decir, la Nación misma»(García, 1954: 183).la disposición del cuerpo femenino a las necesidades de otro ser requieren de un disciplinamiento de horarios y hábitos. Por otra parte, la mujer en su casa, junto a sus hijos, conforman una imagen en que la maternidad se liga inextricablemente al cultivo de virtudes morales y buenas costumbres. Un ejemplo de esto podemos verlo en el nombramiento de la jefa de un lactario, en el que se recomienda a una joven por su «intachable conducta»22.
La promoción de la lactancia materna en las políticas actuales
En este apartado se pretende abordar el tratamiento de la lactancia materna en la actualidad, tomando en cuenta los discursos médico-sanitarios y una serie de acciones de difusión.Luego de la segunda guerra mundial se intensificó en todo el mundo la promoción de leches en polvo, presentándolas como más modernas y científicas y superadoras de la leche materna. Las instituciones hospitalarias se poblaron de latas y biberones que fueron ganando defensores dentro de la medicina. Pese al costo de estos sustitutos, pocas mujeres pudieron resistir a la publicidad que mostraba bebés saludables y regordetes alimentados con fórmulas por madres satisfechas y hermosas.La lactancia artificial posibilitó el abordaje médico desde una perspectiva cientificista-positivista ya que permite la medición, el control de la cantidad de alimentación, el pesaje de niñas y niños y una vigilancia permanente en el crecimiento (Kniebiehler, 1996). La pediatría a través del control de la alimentación del lactante se catapultó en una de las especialidades por excelencia que posibilitaba incidir en la demografía.Un conjunto de elementos se combinaron eficazmente para promover la alimentación a biberón, entre los que recalcamos la aplicación de los preceptos del modelo médico y la atención-medicalízación del parto. La alimentación artificial, según registran una serie de estudios, tuvo una amplia difusión, primeramente en las áreas urbanas pero también llegó a las rurales.Según algunas investigaciones realizadas en países europeos, como el de Oakley de 1990, la lactancia materna se tornó impopular en Inglaterra porque el pecho femenino se ha vuelto un objeto sexual, no nutricional. En una cultura que reprime la sexualidad femenina, esto es algo que hay que evitar. «Las mujeres han aprendido a reprimir sus sensaciones corporales, tanto las reproductivas como las sensuales: este hecho está en curiosa contradicción con la glorificación del ideal de la maternidad en la sociedad moderna»23.En este complejo proceso en el que se combinaron una serie de variables macroestructurales como la presencia masiva de las mujeres en el mercado de trabajo, el aumento de sus niveles de instrucción e imágenes de mayor autonomía, se fue perdiendo y relegando la cultura del amamantamiento y los saberes femeninos en torno a la crianza y alimentación.A partir de los años '70 comienzan a escucharse las primeras voces de cuestionamiento a este modelo de maternidad y crianza y a los efectos de la alimentación artificial puesto que se presentaron evidencias concretas de sus perjuicios, fundamentalmente en las sociedades de los países periféricas y en las clases populares.Los terribles efectos en relación a la morbi-mortalidad infantil en los países pobres fueron objeto de análisis por la OMS y UNICEF y a partir de la década de los '80 comienzan a desplegarse una serie de acciones para eliminar la utilización de las leches artificiales y reinstalar la lactancia natural.Podríamos intentar una clasificación (sin la pretensión de que sea exhaustiva) de estas acciones en los siguientes tipos:
todo el proceso que culminó con la sanción del Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, que supuso también una serie continua de estrategias para evitarla promoción de esos productos y anexos, como chupetes, biberones, tetinas, etc.
la capacitación y recapacitación del personal de salud para lograr la promoción de la Lactancia Materna en los distintos niveles de atención.
la iniciativa de los Hospitales Amigos de la Madre y el Niño, creada por UNICEF que reconoce a aquellos hospitales o maternidades que realizan una política integral de promoción de lactancia Materna.
la convocatoria comunitaria a través de diferentes instituciones para realizar acciones de promoción a través de escuelas, colegios profesionales, sindicatos, universidades, etc.
la difusión a través de medios gráficos, televisivos y periodísticos.
Argentina a través de sus servicios públicos de salud lleva a cabo la mayoría de las acciones señaladas. Por Resolución N° 54 de 1997 el Ministerio dQ Salud y Acción Social de la Nación aprobó en todos sus términos el Código Internacional de Sucedáneos a la leche Materna y las Resoluciones complementarias (Boletín Informativo de la Sociedad Argentina de Pediatría, mayo de 1997).Pero es interesante develar cuál es la información que se difunde, qué aspectos se consideran relevantes a fin de que podamos caracterizar la imagen de mujer y madre que subyace.la cuestión central recae en los beneficios para la salud del bebé, que son de orden físico y psíquico. Multiplicidad de estudios, de los más variados (y también limitados y parciales) exhiben que los bebés alimentados exclusivamente a pecho resisten mejor todo tipo de enfermedades, su desarrollo óseo es mejor, tendrán mayor agudeza visual, se favorecerá el desarrollo de dientes y maxilares, estarán protegidos de muerte súbita en la cuna, etc. No menos son las ventajas de índole psicológica y social entre las que se señalan que tendrán coeficientes intelectuales más altos, lograrán mejor rendimiento escolar, se generarán menos casos de maltrato y abandono, el contacto con la madre le promoverá mayor seguridad, afecto, contención y prevención contra la drogadicción, etc.la madre en todos los mensajes y acciones es considerada un ser pasivo, al que debe enseñársele todo, sobre la que se deben volcar acciones para lograr convencerla de que amamante o la «mejor técnica» para que pueda llevar adelante un procesa de lactancia exitoso.Cómo se debe amamantar en la información que se difunde hoy no difiere demasiado de las pautas que difundía el Estado en la época del primer peronismo, sólo que ahora el mandato a hacerlo se presenta con más apoyo de evidencias científicas que refuerzan su conveniencia. las posibilidades de llevarlas a la cabo por quienes trabajan fuera de su casa han sido y son casi impracticables, no sólo por el tiempo de traslado sino por la necesidad de tranquilidad y disposición que se requiere. En todos estos años, la instalación de salas de lactancia y guarderías en los lugares de trabajo prácticamente no se ha efectivizado.Aún cuando se resalta la importancia de la conexión psicológica entre madre y bebé, se difunde también un discurso contradictorio en el que se plantea que la madre puede exprimir su leche y dejarla para que el niño o niña la reciba en su ausencia.Si bien el retorno a la lactancia natural podría verse como una revalorización de la autonomía maternal, el amamantamiento se ha constituido nuevamente en tópico privilegiado de enseñanza de la pediatría y del personal de salud hacia las madres, que asesoran sobre la mejor técnica, sobre las posturas correctas, sobre ejercicios para formar el pezón, sobre horarios, formas de extracción de la leche, etc.En el material que he analizado, salvo contadas excepciones 24 no se toma en cuenta a la madre, a su cuerpo, a sus vivencias, alegrías, temores, deseos; se obvia la subjetividad femenina dando por sentado que del hecho de parir debe derivarse la disposición y la decisión al amamantamiento.A diferencia de la década de los '40, se realiza una difusión, aunque siempre en segundo término, de cuáles son las ventajas de la lactancia natural para la madre:» porqueproducesecrecidn de prolactina, una hormona que tranquiliza a las mamás 25, pospone la ovulación y la menstruación, protege contra algunos cánceres, ayuda a que el útero regrese a su tamaño, se pierden menos días de trabajo o escuela debido a que el bebé se enfer-ma menos, ahorra tiempo porque no hay que preparar biberones, ofrece un momento especial para crear fuertes lazos de amor entre la mamá y el bebé»26.El retorno a la lactancia natural puede enmarcarse también en las nuevas tendencias que buscan hacer retornar el parto a la atención domiciliaria, más íntima y menos medicalizada, modalidad todavía difícil de producir mejores resultados en la mayoría de los hogares de los países del tercer mundo, donde el parto institucional sigue siendo superior.Tal vez, realizando una interpretación más global y abarcadora, podamos ver hoy en estas nuevas tendencias al amamantamiento, otra justificación para el retorno de la mujer al hogar, sacándola de la fuerza de trabajo donde presenta competencia con el hombre.Además, frente a la violencia, la delincuencia, las adicciones, la lactancia sería un reaseguro para el futuro que sanearía la sociedad y revitalizaría el rol de la familia como célula básica: «Porque queremos lo mejor para nuestros niños...promovemos la lactancia materna como el inicio de una vida plena, procurando una infancia protegida desde el vínculo afectivo para lograr un país de adultos más sanos» 27 .Dentro de las nuevas tendencias se plantea una prolongación del tiempo de amamantamiento hasta los dos años de edad (según, por ejemplo, la Declaración de Innocenti) y un contacto constante entre madre e hijo, inclusive se critica y censura la «independencia» del bebé, el sueño solitario y se considera positivo que la madre duerma con el bebé en la misma cama.Si bien hoy se difunde que una de las ventajas de la lactancia natural es el retardo de la ovulación, por lo tanto su potencial anticonceptivo, este mensaje es contradictorio con el anterior donde se censura la sexualidad de las madres, es decir, donde puede interpretarse que para una madre la sexualidad es algo secundario frente a la crianza de sus hijos.Los consejos de la pediatría hoy, inmediatamente después del parto son "pecho a demanda", estableciendo una ligazón y dependencia total del cuerpo de la mujer a los deseos del bebé. En el discurso, acorde a un abordaje "políticamente correcto" en el que se intentaría infundir un cierto protagonismo o decisión de la mujer, el deber de amamantar se difunde como un derecho, tal el lema de la Semana Internacional de la lactancia de 2000: "Amamantar es tu derecho".
A modo de conclusión
Entendemos que los estudios y el abordaje hacia la lactancia han omitido precisamente a quien brinda su cuerpo, han silenciado su subjetividad y obturado su derecho a opinar y a decidir. La alimentación a pecho ha sido considerada puramente biológica, ahistórica y perteneciente al espacio privado exclusivamente.«Toda madre debe amamantara su hijo», «La maternidades un deber» fueron los mensajes claros y transparentes que se emitieron hacia las mujeres en la década de los '40."Querés darle a tu hijo lo mejor? El pecho es todo lo que necesita(...). No sólo es necesario, placentero y suficiente. es perfecto..."28 "Amamantar es tu derecho y el de tu bebé, será más fuerte y más sano, tu leche lo protege contra muchas enfermedades, tu pecho le brinda amor, alimento y sostén" 29, son algunos de los mensajes que se emiten en el presente.Si bien en la actualidad sigue considerándose a la maternidad y a la crianza como el destino primordial de las mujeres, los mensajes y las interpelaciones están mediatizados por nuevas informaciones y una pretendida conjunción de trabajo extrahogareño y ejercicio de la lactancia.También hoy la madre es convocada para dedicarse a la crianza y para ser el pivote del hogar, lugar de refugio y de paz: «La madre que escoge dar el pecho, se pronuncia por dar prioridad a los contactos prolongados con su hijo antes que a otras exigencias de nuestra agitada vida» 30.La política de promoción de la lactancia deja ver, más que otros temas, la revalorización de la mujer exclusivamente como madre. Su cuerpo y su mente son convocados cotidianamente, en el hogar, para insuflar alimento y valores morales a las futuras generaciones. ¡Qué más concreto que alimentar, qué más generoso que dar del propio cuerpo y qué más trascendente que salir de las paredes de la propia casa y contribuir a los objetivos de una sociedad!. «El contacto íntimo entre la madre y el lactante establece lazos afectivos que transfiguran todas las relaciones familiares y pueden llegarincluso a regenerar el Estado. Las dulces virtudes de una madre dedicada a sus hijos impondrán un nuevo modelo de familia y de civilización» (Kniebiehler, 1996: 109).Como puede verse, dar de mamar es y ha sido mucho más que una función puramente biológica y supone otro modo de regulación del cuerpo femenino y del lugar de la mujer en la sociedad.Si lo que se pretende es fomentar la lactancia materna, esta no puede estar desvinculada de una promoción del papel social de las mujeres, como ciudadanas plenas para que, en igualdad de condiciones, puedan elegir de qué manera alimentar y criar a sus hijas e hijos.

FALACIAS de la lactancia (sic) * Todavía en la era victoriana, muchos padres ingleses pensaban que un lactante absorbía el carácter moral de quien le daba de mamar. Por tanto, si la madre no podía amamantar a su hijo, la selección de la nodriza apropiada se convertía en algo de gran importancia. Los padres temían que, si la nodriza era borracha o tonta, su hijo también lo sería.