jueves, 31 de diciembre de 2009
Indicadores Argentina prevalencia lactancia 2007
http://www.bvspediatria.org.ar/lactancia/situacion2007.pdf
Situacion de lactancia 2007
Introducción
La lactancia materna (LM) es reconocida como la forma óptima de alimentación temprana, por sus innumerables beneficios sobre la salud de las mujeres y los niños, tanto a corto como a largo plazo. Desde el Ministerio de Salud de la Nación se recomienda que los niños sean amamantados exclusivamente hasta los 6 meses de vida cumplidos y que, a partir de ese momento, comiencen a introducir alimentos en su dieta sin abandonar la lactancia materna. Idealmente, la lactancia materna complementada con alimentos debe extenderse hasta los 2 años o más de vida del niño.
Con el objetivo de conocer la situación de la LM en la Argentina, se recolecta con cierta periodicidad desde la Dirección Nacional de Salud Materno Infantil, información generada por las provincias sobre indicadores relacionados con las prácticas de LM. Dicho relevamiento persigue como objetivo estimar la prevalencia de lactancia materna exclusiva, predominante, parcial, completa y destete entre los niños de 0 a 12 meses de vida del país1.
Con los datos provinciales la Dirección Nacional confeccionó un consolidado, a efectos de realizar un seguimiento de las prevalencias de LM y comparar la situación actual con las recomendaciones nacionales e internacionales. Asimismo, la evaluación periódica de los indicadores asegura un seguimiento de las tendencias en lo que respecta a la alimentación de los niños más pequeños permitiendo la orientación de prácticas y políticas a nivel nacional.
Encuesta de Lactancia Materna 2007
Durante los años 2004 y 2005 la Dirección Nacional capacitó a referentes provinciales en la recolección de datos y su posterior carga en el programa informático LACMAT. La recolección de datos en las provincias para la encuesta 2007 tuvo lugar entre el 2 de enero y el 10 de octubre de 2007, excepto en la Ciudad. Autónoma de Buenos Aires cuyos datos fueron del año 2006. Una vez obtenidos los datos, las provincias realizaron la carga de la información en el programa informático el cual fue enviado al Ministerio de Salud de la Nación.
La información se relevó consultando a las madres de niños de hasta 24 meses sobre la ingesta de leche materna, otro tipo de leche, otros líquidos, y otros alimentos durante el día anterior a la encuesta. En total 24 jurisdicciones enviaron sus datos contribuyendo a un número muestral de 28.874 encuestas sobre las cuales se estimaron los indicadores anteriormente mencionados (ver tabla 2). La cantidad de encuestas fue variable dependiendo de la jurisdicción, pero como puede observarse en la tabla 1 en ningún caso la muestra provincial obtenida fue inferior a 230 niños. A nivel país el 38% de las encuestas se realizó en hospitales, el 47% en el primer nivel de atención (APS), y el 15% no especificó el lugar de la encuesta.
Ver archivo adjunto
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En la Cumbre del Milenio para el Desarrollo celebrada en septiembre de 2000, los Estados Miembros de las Naciones Unidas reafirmaron su compromiso prioritario de luchar contra la pobreza y en favor de un desarrollo sostenido. Atendiendo las recomendaciones de las diversas conferencias mundiales celebradas durante el decenio precedente, se examinaron y aprobaron ocho objetivos 1 fundamentales de desarrollo (véase el Recuadro), a la vez que se estableció un marco para seguir de
cerca los progresos realizados para su consecución (Grupo del Banco Mundial, 2000).
Estos objetivos representan el consenso actual respecto de los problemas de desarrollo prioritarios y sobre los esfuerzos que han de acordarse, individualmente para cada país y globalmente para la comunidad mundial en conjunto, con el fin de abordar eficazmente estos problemas. Se han formulado en consecuencia los plazos así como los resultados concretos que han de obtenerse para lograr progresos sustanciales; al mismo tiempo, se han sugerido determinados indicadores para asegurar una evaluación común de los resultados.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio
1 - Erradicar la pobreza extrema y el hambre
2 - Lograr la enseñanza primaria universal
3 - Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer
4 - Reducir la mortalidad infantil
5 - Mejorar la salud materna
6 - Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades
7 - Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
8 - Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
Introducción
C A P Í T U L O U N O 1
Véase http://millenniumindicators.un.org/unsd/mi/mi_goals.asp
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Un indicador no se reduce a los datos en que se basa; contiene generalmente los
elementos (un umbral, un punto de referencia, una modalidad de expresión, etc.) que permiten apreciar de forma relativamente universal la información que transmite y que facilitan las comparaciones en el tiempo y el espacio. La utilización de tales indicadores ha sido objeto de una extensa literatura en los diversos sectores considerados. De hecho, la información asociada a un indicador puede superar la mera cuantificación de los fenómenos y, por ello, la selección, el análisis y la interpretación deben ser realizados posiblemente por un especialista del sector en cuestión. Los datos sobre la prevalencia de un determinado índice de malnutrición permitirán, por ejemplo, al nutricionista evaluar dicha malnutrición en términos de gravedad en el marco de la salud pública o
en términos de consecuencias posibles en el marco más general del desarrollo, teniendo en cuenta las consecuencias conocidas sobre la salud, la productividad, la instrucción escolar o el dinamismo social. De ahí la necesidad de emprender los análisis en el ámbito de grupos intersectoriales, cuando son muchos los indicadores considerados.
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El costo de la “no-recopilación”: un aspecto ignorado
El costo de la no-recopilación se puede determinar, en el caso de un programa de
subvenciones de productos alimenticios por ejemplo, por la diferencia entre el precio de
costo del programa si se realiza sin aplicarlo a un objetivo en particular, por ausencia de cualquier indicador que permita establecer tal objetivo, y el precio de costo del programa para la población destinataria, más el precio de determinación del destinatario, si se desea centrar a priori el programa en un grupo de población expuesto a riesgo.
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Si se utilizan datos ya recogidos o si se realiza una nueva encuesta para fines de utilización a un nivel superior, es necesario comprobar el tamaño y la representatividad de la muestra, y asegurarse de que los datos puedan vincularse a un conjunto más general a partir de indicadores comunes recopilados en las mismas condiciones (metodología, período de tiempo, etc.) y asegurarse de que permitirán en su caso un seguimiento regular (viabilidad de la recopilación, transmisión regular de datos). Un aspecto fundamental a este respecto es la verificación de la calidad de los datos.
Antes de emprender una recopilación específica de datos, conviene elaborar una lista de indicadores (y/o de los datos brutos correspondientes) que puedan ser utilizados por los servicios a todos los niveles; no es raro constatar que se hubieran podido evitar determinadas encuestas si se hubieran conocido
mejor los datos que hay ya a disposición en diversas fuentes. Para encontrar esas fuentes de información útiles y valorar la calidad de los datos disponibles y su nivel de desglose, es oportuno a menudo conocer a fondo la génesis y el funcionamiento del sistema de información subyacente.
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Se han elaborado metodologías para que este proceso resulte eficaz en el contexto de la planificación, como en el caso del método de “planificación por objetivos” (véase PPO), que comprende varias fases: el análisis de los problemas a partir de estudios anteriores, con el fin de identificar claramente el contexto inicial de los programas; la identificación de opciones de intervención posibles; la determinación de los objetivos más específicos de los programas; y, por último, la elaboración final de un marco lógico de conjunto que sirva de “modelo” de referencia para todas las partes interesadas. Durante este proceso de planificación, se identificarán sucesivamente todas las actividades de los asociados correspondientes, los medios necesarios y los indicadores de aplicación y de evaluación de los resultados. El método sirve de guía para el trabajo en equipo, de forma que favorezca el análisis intersectorial y proponga un cuadro simplificado de la situación, que permita formular los resultados de los debates.
Se hace hincapié sobre todo en el aspecto participativo, con el propósito de obtener un verdadero consenso sobre la situación local, la idoneidad de las intervenciones teniendo en cuenta la situación, y la selección de los indicadores necesarios.
Comprende primero una fase de elaboración de un modelo causal cuya finalidad es ayudar a comprender los mecanismos que dan lugar a situaciones de malnutrición en el contexto considerado. El modelo se elabora en forma de diagrama esquemático, jerarquizado, de las hipótesis causales formuladas tras los debates entre todas las partes interesadas.
Esta modalidad de elaboración tiende a favorecer una visualización clara, “vertical” de la serie de concatenaciones causales, eliminando las conexiones o ciclos laterales que son a menudo fuente de confusión en muchas representaciones.
En una segunda fase, se elaboran cuadros en que se exponen los recursos humanos o materiales iniciales, los procedimientos previstos, los resultados correspondientes de la aplicación, así como los resultados intermedios o finales previstos para cada programa o actividad. Este instrumento es muy útil para determinar todos los indicadores necesarios.
Por último, todo el conjunto coherente de procedimientos determinados se transfiere a un “modelo dinámico” destinado a visualizar la organización de las hipótesis en que se basan los programas y a poner en evidencia los elementos convergentes que permitan pronosticar un efecto positivo al final.
Se obtiene así la formalización de un esquema conceptual propiamente dicho.
CARACTERÍSTICAS DE LOS INDICADORES
Validez:
Comparabilidad:
Indicadores dinámicos:
Simplicidad y bajo costo:
Recopilación y análisis
MÉTODOS DE RECOPILACIÓN
Encuestas: cuantitativa, cualitativas , de metodos rápidos
Estas ultimas son metodologías de encuestas “rápidas” de naturaleza diversa según el objetivo que se persigue: RAP (método de diagnóstico rápido), DRP (diagnóstico rural participativo) o RRA (diagnóstico rápido rural).
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Evaluación y seguimiento
En el contexto de la evaluación y el seguimiento de programas o de situaciones en que se realizan comparaciones entre regiones y épocas, el primer problema es el de la muestra: si debe ser representativa (aleatoria), razonada (con riesgo de sesgo) o basada en sitios centinela. Esta última opción ofrece ciertamente una ventaja práctica, pero requiere disponer de elementos de evaluación periódica sobre la posible modificación en función de la aplicación del programa o de las circunstancias de lo que representan los sitios centinela con respecto a la población total. Esta opción sigue siendo generalmente válida si lo que interesa son las tendencias más que un valor puramente representativo.
Se plantea luego el problema de la recopilación longitudinal o de encuestas transversales
secuenciales. “Longitudinal” entraña la recopilación de datos sobre las mismas personas o los mismos hogares cada vez (independientemente de la frecuencia de las mediciones), mientras que “transversal” indica un nuevo muestreo cada vez. Uno de los argumentos de orden estadístico sostiene la conveniencia de mantener siempre la misma muestra: es efectivamente una forma de reducir la varianza asociada a la muestra y de poner más en evidencia la varianza asociada a la intervención o a los fenómenos exteriores. Pero este argumento pasa a ser secundario, ya que no es posible volver a encontrar las mismas personas de una encuesta para otra.
La encuesta longitudinal es útil, y a veces necesaria, para la evaluación de programas de intervención específicos. Es en cambio menos útil para el seguimiento general de la situación o para programas de desarrollo socioeconómico más generales: de hecho, en este caso interesa sobre todo la evolución de la población considerada en su conjunto, más que los efectos de una intervención sobre las personas (u otras unidades).
Uno de los inconvenientes de las encuestas longitudinales es el sesgo inevitable causado por la pérdida de una parte de la muestra de una encuesta para será (migraciones, defunciones, denegación de la gente a participar, pérdida de documentos, descuidos en la recopilación, etc.). Este inconveniente es más acentuado todavía si las mediciones se efectúan a intervalos más distanciados o cuando el programa es de larga duración.
La frecuencia de la recopilación es más difícil de determinar, ya que depende de una combinación de varios parámetros:
*primero el fenómeno observado: la evolución del retraso del crecimiento, por ejemplo, es más lenta que la de la emaciación; las mediciones de los indicadores correspondientes no se realizarán necesariamente con la misma frecuencia para evaluar el efecto de un programa;
* las necesidades de los programas (una comparación simple del tipo antes/ después o bien una alerta rápida constante);
* la sensibilidad a las variaciones del indicador en cuestión (en el caso de la emaciación, por ejemplo, el índice de peso para la talla es más sensible a las variaciones que la circunferencia braquial);
* la importancia y rapidez de evolución previstas (puede que la frecuencia seleccionada inicialmente se tenga que modificar de acuerdo con la evolución efectiva o a raíz de acontecimientos imprevistos, tales como una grave crisis económica);
* la varianza habitual del fenómeno medido y de los tamaños de las muestras;
* la facilidad y el costo de recopilación del indicador.
Cuando el parámetro estudiado puede fluctuar normalmente en torno a los valores medios de una recopilación para otra, se procederá a realizar mediciones más frecuentes para detectar mejor las tendencias significativas. Se prestará atención, sin embargo, a los aspectos ilusorios de las mediciones demasiado frecuentes en caso de variaciones cíclicas importantes (por ejemplo, estacionales).
Por último, hay que mantener una homogeneidad relativa de los principales indicadores entre los diferentes puntos de la recopilación y a lo largo del tiempo, para que las comparaciones sigan teniendo sentido.
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Prestación de cuidados: lactantes y niños pequeños
CUADRO 10
Es importante considerar por último que la validación de un determinado número
de indicadores nuevos en este sector suscita nuevos debates a causa de su
naturaleza cualitativa, asociada a menudo a la observación o a un cuestionario
recordatorio. Su normalización depende en gran medida del contexto cultural en
el que se aplican. Es un sector en plena evolución, por lo que nos hemos limitado
a los indicadores más generalizables y que ha sido objeto ya de un mínimo
consenso.
INDICADORES DE NUTRICIÓN PARA EL DESARROLLO 59
INDICADORES
Lactancia materna y alimentación complementaria (15)
• % de niños que no han sido amamantados con leche materna niños < href="http://www.unicef.org/programme/breastfeeding/baby.htm">http://www.unicef.org/programme/breastfeeding/baby.htm
Material DIRECCIÓN DE NUTRICIÓN Y PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Viale delle Terme di Caracalla 00153 Roma, Italia http://www.fao.org/
Archivos utiles de lectura http://www.fao.org/docrep/003/x6957s/X6957S04.htm
http://www.bvspediatria.org.ar/lactancia/situacion2007.pdf
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/009/y5773s/y5773s.pdf
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