Lactancia y alimentación de
niñas/os
La
alimentación es un derecho asumido constitucionalmente por el país a partir de la
incorporación de diversos tratados internacionales 14 y, particularmente en
materia de niñez, por la Convención sobre los Derechos del Niño (art. 24). Si
bien el país dispone de diversos estudios destinados al monitoreo del estado
nutricional de la población en general y de la niñez en particular 15, la
incorporación de esta dimensión en la ECOVNA se funda en su importancia para la
efectivización del conjunto de derechos que garantizan a las niñas y niños un
crecimiento saludable y un desarrollo integral.
14.
Se pueden mencionar como ejemplos la Declaración Universal de Derechos Humanos,
el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre.
15.
Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) Año 2007; Situación de la
lactancia materna en Argentina. Año 2010. Dirección Nacional de Maternidad e
Infancia. Ministerio de Salud de la Nación.
Sin
lugar a dudas, las prácticas vinculadas con el consumo de alimentos impactan de
manera directa en la salud de las niñas y de los niños y, en este sentido, la
vigilancia de ciertos cuidados respecto de un suministro adecuado de alimentos,
permite protegerlos de enfermedades reiteradas así como alcanzar su potencial
de crecimiento.
En
este sentido, la pauta alimentaria más recomendada para las niñas y niños
durante el primer año de vida es la lactancia materna ya que entre otras cosas
los protege de infecciones y proporciona una fuente ideal de nutrientes además
de ser económica y segura.
En
la ECOVNA se aplicó un módulo específico a partir del cual se obtuvo
información sobre lactancia materna y sobre la incorporación de alimentos
líquidos, semi sólidos y sólidos. En función de dichos resultados se elaboraron
indicadores que permiten evaluar las prácticas alimentarias de acuerdo a
estándares de alimentación establecidos por la Organización Mundial de la
Salud.
Dado
que los cortes etarios requeridos para el análisis de esta dimensión agrupan a poblaciones
cuya representación en la muestra es muy pequeña, la desagregación de la
información por regiones será presentada siempre que permita estimaciones
confiables para esos tamaños muestrales.
Inicio de la lactancia materna
El
inicio temprano de la lactancia es considerado un paso importante para la salud
del niño, para la disminución de la mortalidad neonatal, para el afianzamiento
de la lactancia materna en el mediano y largo plazo, y para el logro de una
relación física y emocional más estrecha entre el bebé y la madre.
La
información que se presenta en este apartado se refiere a mujeres de 15 a 49 años
que tuvieron un hijo en los dos años anteriores a la encuesta y que dieron de amamantar,
en relación con el momento post parto en el que iniciaron dicha práctica: antes
de la primera hora del nacimiento, entre la primera hora y hasta un día y las
que iniciaron la lactancia en días posteriores.
De
acuerdo a lo registrado, el 95,8 por ciento de estas mujeres manifestó haber amamantado
a su último hijo/a y casi nueve de cada diez iniciaron la lactancia en el transcurso
del primer día del nacimiento (87,4%).
Si se considera a las que iniciaron la lactancia antes de que la niña/o cumpla
la primera hora de vida, el valor desciende al 52,7 por ciento (tabla 5.14).
Se
observa cierta disparidad territorial en la proporción de mujeres que
amamantaron a su hijo antes de la primera hora del nacimiento, expresada en una
diferencia de aproximadamente 16 puntos porcentuales entre el valor mínimo (en
NOA) y máximo (en Cuyo). Sin embargo, si a esta proporción se le suman los
niños amamantados en el transcurso del día del nacimiento, la diferencia entre
las regiones se reduce a 8,6 puntos porcentuales.
TABLA
5.14. Porcentaje de mujeres de 15 a 49
años que dieron a luz en los dos años anteriores a la encuesta por amamantamiento
(alguna vez), y momento de inicio de la lactancia según región.
En
relación con el nivel educativo de la madre no se observa una tendencia clara en
relación con el momento de inicio del amamantamiento (tabla 5.15). El 62,0 por ciento
de las mujeres con menor nivel de instrucción comenzó a amamantar a su hija/o durante
la primera hora de nacido, seis de cada diez mujeres con estudios superiores completos
(59,8%) también así lo hicieron.
TABLA
5.15. Porcentaje de mujeres de 15 a 49
años que dieron a luz en los dos años anteriores a la encuesta por amamantamiento
(alguna vez), y momento de inicio de la lactancia según nivel educativo de la
madre.
Incidencia de la lactancia
materna
La información que sigue refiere a
la incidencia del amamantamiento en niñas y niños de 0 a 23 meses de áreas
urbanas. Según los datos obtenidos en la ECOVNA, el 57,8 por ciento de las
niñas y niños menores de dos años estaban siendo amamantados al momento de la
encuesta.
La práctica
de la lactancia materna va disminuyendo a medida que las niñas/os tienen más
meses de vida (figura 5.1). Mientras casi nueve
de cada diez niñas/os de hasta 5 meses de vida estaban siendo amamantados al
momento de la encuesta, entre las niñas y
niños de un año la proporción de amamantados desciende al 39,1 por ciento.
Al examinar
la incidencia del amamantamiento en cada uno de los grupos de edad en relación
con el nivel educativo de la madre, se observa una clara asociación. A medida que
aumenta el nivel educativo de la madre, desciende la proporción de niñas y
niños amamantados y esta relación es más acentuada al considerarse grupos de
más edad.
Como puede
observarse en la figura 5.2, entre los niños menores de 6 meses, la diferencia
en el amamantamiento en los niños cuyas madres no completaron el nivel primario
y los niños cuyas madres completaron el nivel superior es aproximadamente de 10
puntos porcentuales. Entre las niñas/os de entre 6 y 11 meses, esta diferencia es
de 13 puntos y a partir del primer año de vida la distancia entre los niños
cuyas madres presentan mayor y menor instrucción formal aumenta aún mas, alcanzando
39 puntos porcentuales.
En
síntesis, lo señalado indica que los hijos de mujeres de mayor nivel educativo
en términos relativos son, por un lado, amamantados en menor proporción, y por
el otro, por períodos más cortos.
Alimentacion en ninas y ninos menores
de un año
En
este apartado se presenta información sobre pautas de alimentación de las niñas
y niños a partir de la cual se distinguen los segmentos etarios en los que se
incorporan distintos tipos de alimentos a la lactancia materna: agua, otros líquidos
no lácteos, leche de fórmula y alimentos semisólidos y sólidos, distinguiendo a
aquellas niñas y niños que no son amamantados.
La
lactancia exclusiva refiere a niñas/os alimentados únicamente a través de la
leche materna y es alentada hasta los cinco meses de vida. Una vez cumplido el
sexto mes de vida, se recomienda la incorporación de alimentos sólidos y
semisólidos.
Los
indicadores comúnmente utilizados para el abordaje de la lactancia en los
primeros cinco meses de vida son dos: la lactancia exclusiva y la predominante.
La lactancia materna predominante da cuenta de aquellas niñas y niños de 0 a 5
meses que, además de estar siendo amamantados, ya incorporaron en su
alimentación algún líquido no lácteo como jugo, agua o caldo.
En el país,
el 32,0 por ciento de niñas/os de 0 a 5 meses son lactantes exclusivos, valor que
asciende al 43,3 si se adicionan las niñas/os a los que se les ha incorporado
algún líquido no lácteo (lactancia predominante). Se destaca en este grupo un 12,0 por ciento de niñas y niños no
amamantado al momento del relevamiento.
En
la tabla 5.16 se presentan los indicadores de lactancia para niñas y niños de
hasta 11 meses por grupos de edad. Dado que existen diferentes cálculos para la
medición de lactancia predominante, la ingesta de agua y de otros líquidos no
lácteos se presenta por separado. Como allí se muestra, la lactancia exclusiva –como
ya se dijo, recomendada hasta el quinto mes de vida- desciende entre el primer
y el segundo grupo de lactantes, pasando de representar el 39,2 por ciento en
las niñas/os de menos de 3 meses al 25,7 por ciento en niñas/os de 3 a 5 meses.
Por
otro lado, se observa que incluso a las edades más tempranas, las niñas y niños
ya reciben líquidos o alimentos distintos de la leche materna. Otra información
relevante que se extrae de la tabla 5.16, es el aumento gradual de las niñas/os
no amamantados que llega a representar el 34,0 por ciento del grupo de niñas y
niños de entre 9 y 11 meses de vida.
TABLA
5.16. Niñas y niños de 0 a 11 meses por
pautas de alimentación según grupos de edad en meses.
Continuación de la lactancia después
del año
Existe consenso en considerar que
el amamantamiento exclusivo hasta el sexto mes de vida de las niñas/os y
continuado hasta el año resulta “una de las intervenciones de prevención más
eficaces para reducir la mortalidad infantil”16. Asimismo, dado que los
beneficios de la lactancia materna se extienden más allá del sexto mes de vida,
el Ministerio de Salud de la Nación, en consonancia con la OMS y UNICEF,
recomienda la continuación de la lactancia hasta por lo menos el segundo año de
vida. El monitoreo de la adecuación de la práctica de la lactancia materna en
este período a los estándares establecidos, suele medirse a partir de la
continuación de la lactancia en niñas y niños de entre los 12 y los 15 meses y
en niñas y niños de entre 20 y 23 meses de vida, es decir, aquellos que están
por cumplir los dos años.
De acuerdo con estos parámetros
pudo detectarse que
el 46,6 por ciento de las niñas/os de 12-15 meses estaba siendo amamantado a la
fecha del relevamiento. Para el grupo de 20 a 23 meses de vida, esta
proporción desciende a menos de un tercio de las niñas/os (29,1%).
La
continuación del amamantamiento al año de vida cumplido y antes de los 2 años de
edad, guarda relación con el nivel educativo de la madre, pudiéndose observar
en ambos grupos que a menor nivel educativo, el peso relativo de las niñas y
niños amamantados es mayor (tabla 5.17).
TABLA
5.17. Niñas y niños de 12 a 15 meses y
de 20 a 23 meses amamantados según nivel educativo de la madre.