Fórmulas de seguimiento
Por qué no son necesarias y por qué no deberían ser promocionadas
Baby Feeding Law Group- Strengthening UK baby food laws
Traducción: Natalia Rybak, Fundación LACMAT- Buenos Aires
Las leches de seguimiento, es decir las leches para bebés de mayor edad que a menudo también reciben el nombre de fórmula infantil, fueron creadas por las compañías tras la adopción en 1981 del Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna como estrategia cínica por eludir las restricciones del Código. Las leches de seguimiento no son adecuadas para los bebés más pequeños y a pesar de ello son promovidas agresivamente en los medios audiovisuales, a través de descuentos, premios y afirmaciones de salud. Esto causa confusión y tienta a los padres a utilizarlas en lugar de continuar con la lactancia o utilizar la fórmula infantil.
En 1985 profesionales de salud del Reino Unido protestaron en contra del hecho que muchos bebés de corta edad fueran alimentados con este tipo de leche. Temían el regreso de aquellos días en que la hipernatremia era común dado que todas las leches infantiles, al igual que estas leches, contenían un alto nivel de solutos. Los parlamentarios europeos indagaron sobre la base científica de las leches de seguimiento y las consideraron “extremadamente dudosa”. En 1986, la Resolución de la Asamblea Mundial de la Salud (WHA Res 39.28) las describió como “innecesarias”. A pesar de estas preocupaciones, las compañías lograron instalarlas en el mercado, primero a través de las Directrices del Codex de 1987 y luego mediante Lineamientos Europeos, sin que esto limitara la promoción.
Las compañías promueven las fórmulas de seguimiento afirmando que proporcionan el hierro necesario que un lactante más grande necesita. Por supuesto el hierro es importante para los lactantes pero es riesgoso añadir demasiada cantidad a la leche. En circunstancias ideales, los lactantes deberían continuar la lactancia materna o utilizar la fórmula infantil, obteniendo el hierro necesario de los alimentos. Las afirmaciones utilizadas para promover las fórmulas de seguimiento aún deben comprobarse dado que gran parte de la investigación (financiada por la industria) compara las fórmulas infantiles con la leche de vaca en lugar de hacerlo con la fórmula infantil. Las leches de seguimiento contienen cantidades más elevadas de sacarosa, glucosa y otros azúcares que no se encuentran presentes en la leche materna y, cuando se las proporciona con biberón, aumentan el riesgo de caries dentales y otros problemas en los bebés mayores.
Basándose en estos riesgos, algunos científicos europeos exigen precaución al tiempo que recomiendan que la composición de las leches de seguimiento sea más similar a la composición de las fórmulas infantiles. La necesidad nutricional de consumir leches de seguimiento continua siendo un misterio. La ventaja comercial es evidente.
El Código Internacional adoptado por la Asamblea Mundial de
la Salud en 1981, prohibe la promoción de todos los sucedáneos de la leche
materna y “cualquier otro alimento comercializado o presentado como reemplazo
parcial o total de la leche materna, ya sea adecuado o no para tal fin”. Las
posteriores resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud describieron a las
leches de seguimiento como “innecesarias” y recomendaron que los lactantes
fueran amamantados exclusivamente hasta los seis meses de vida con lactancia
materna continuada hasta los dos años o más. Las leches de seguimiento
reemplazan esa parte del régimen del lactante que mejor provee la leche materna
y son, en consecuencia, sucedáneos de la leche materna.
Las leches de seguimiento son innecesarias y no deberían
promoverse. El etiquetado debería evitar todo riesgo de confusión entre las
fórmulas infantiles y las leches de seguimiento; por su parte, las leches de
seguimiento no deberían mostrar imágenes idealizadoras, símbolos o texto o
implicar que el producto es adecuado para su uso a una edad inadecuada.
Fabricantes de fórmula se niegan a etiquetar productos
Artículo extraído de la Publicación de INFACT CANADA- IBFAN NORTE AMÉRICA (Verano/Otoño 2004)
Traducido por Natalia Rybak, Fundación LACMAT- Buenos Aires
Un reciente comunicado de prensa (agosto del 2004) emitido
por el Ministerio de Salud y el Organismo de Seguridad Alimentaria de Nueva
Zelanda (1) posterior a la muerte de un lactante prematuro alimentado con
fórmula en polvo contaminada con la letal bacteria Enterobacter sakazakii
sostiene los serios riesgos para la salud de la fórmula infantil proporcionada
a prematuros o lactantes con necesidades especiales.
Se han relatado una serie de brotes epidémicos en hospitales
y unidades de cuidado intensivo neonatal (2,3,4,5,6), todos ellos en países
industrializados donde existe la capacidad de los laboratorios para rastrear
organismos mortales hasta sus orígenes en la fórmula infantil en polvo. No
obstante, estos casos son sólo la punta del iceberg y de consideración.
En los países en vías de desarrollo, las enfermedades y muertes vinculadas a las fórmulas contaminadas tienen pocas probabilidades de ser relatadas. La industria de fórmulas infantiles comercializa y promueve en todo el mundo las fórmulas en polvo menos costosas, en comparación con otras leches. Tanto en el entorno domiciliario como en todas otras partes del mundo, no se monitorea ni se investiga con el objeto de determinar si la causa de sepsis, enterocolitis necrotizante, meningitis o muerte está ligada a la fórmula en polvo. Sin embrago, estas leches son promocionadas como “seguras” y “puras”.
Según la industria, las fórmulas infantiles en polvo representan un 80% de las fórmulas infantiles utilizadas en el mundo entero.
A comienzos de este año, OMS y FAO (7) realizaron un taller conjunto de expertos con miras a elaborar recomendaciones sobre cómo reducir el riesgo de contaminación intrínseca de las leches infantiles en polvo. Gran parte de las recomendaciones se centraron en la preparación, su uso y manejo. Esto crea un serio dilema para los países en vías de desarrollo donde el costo y la disponibilidad del combustible, la capacidad de esterilizar, refrigerar y manejar el producto de acuerdo con las instrucciones en las etiquetas son prácticamente imposibles. (OMS estima que 1.5 millones de bebés mueren cada año por no ser amamantados). Asimismo, las recomendaciones subrayaron la necesidad de que los “cuidadores”, es decir los padres, sean alertados en forma continua acerca de que las leches infantiles en polvo no son productos estériles.
Más recientemente (en noviembre del 2004), un Grupo de Trabajo de la Comisión del Codex Alimentarius sobre Higiene de los Alimentos se reunió en Otawa con el objetivo de elaborar un código de prácticas de higiene relacionadas con la fórmula infantil. Sin lugar a dudas, este tema genera gran preocupación a la industria debido a la mala prensa para sus productos. A la reunión asistieron gran cantidad de representantes de la industria desde Nestlé, Mead Johnson, Laboratorios Abbott y sus respectivas organizaciones comerciales, superando el número de delegados de los Países Miembros.
La industria se mostró intransigente ante el pedido de etiquetar sus productos e intentó eliminar del documento propuesto toda referencia respecto de que el producto no es estéril y presenta riesgos. Su estrategia pareció ser la negación y el deslindar responsabilidades centrándose en la preparación, el manejo y el almacenamiento del producto en lugar de en la eliminación de la bacteria potencialmente peligrosa.
Además, la industria se negó a aceptar que las estrategias
para la reducción del riesgo deberían incluir la reducción del uso innecesario
de leches infantiles industriales al tiempo que intentó eliminar frases tales
como “en aquellas situaciones en las que las madres no pueden amamantar o
escogen no hacerlo por alguna razón, los cuidadores de lactantes en alto riesgo
–ya sea en el hogar o en la instalación de salud- deberían ser advertidos de
que la fórmula infantil en polvo no es un producto estéril”.
Llamó la atención que la discusión sobre la elaboración del producto se centrara en el sistema de atención de salud. ¿Es posible que esto se deba a que los brotes epidémicos tuvieron lugar en los hospitales y por ello sean investigados? Cuando una enfermedad o una muerte suceden en el “hogar”, no son mencionados como brotes epidémicos y tienden menos a asociarse con el producto. ¿Es esta última situación menos comprometedora?
En síntesis
• Se requiere de un etiquetado completo y preciso para
alertar a los padres y a todos aquellos vinculados con la alimentación del
lactante y del niño pequeño acerca de que estos productos están contaminados
con bacterias potencialmente letales durante el proceso de fabricación.
• Los riesgos que representa un producto en polvo
contaminado utilizado para alimentar a lactantes con grandes necesidades,
recién nacidos y lactantes mueven a la necesidad de que haya bancos de leche
materna. Los estudios han señalado que cuando un prematuro recibe leche
materna, disminuye tanto la mortalidad por enterocolitis necrotizante como por
sepsis.
• Una práctica más difundida del método canguro para los
prematuros, los lactantes de bajo peso al nacer y los recién nacidos ayuda a
crear en perfecto entorno hormonal y favorece la lactancia materna. Se ha
comprobado que los prematuros con quienes se aplica el contacto piel con piel
en forma continuada no corren los riesgos asociados a aquellos que reciben
fórmula infantil.
• Los fabricantes de fórmulas infantiles deben
responsabilizarse de los peligros asociados al uso de sus productos y de las
enfermedades y muertes causadas por los mismos”.
Referencias
1. Press Release: Ministry of Health and New Zealand Food
Safety Authority, Infant Formula Advice Strengthened. 27 August 2004.
2. Himelright I. Et al. Enterobacter sakazakii infections
associated with the use of powered infant formula- Tenesee 2001. MMWR
51:298-300, 2001.
3. Van Acker J. et al. Outbreak of necrotising enterocolitis
associated with Enterobacter sakazakii in powered infant formula. J Clin
Microbiol 39:293-297, 2001.
4. Lai KK. Enterobacter sakazakii infections among neonates,
infants, children and adults. Medicine 80: 113-122, 2001.
5. Bierling G. Et al. Three cases of neonatal meningitis
caused by Enterobacter sakazakii in powered milk. J Clin Micribiol 27:
2054-2056, 1989.
6. Block C et al. Cluster of neonatal infections in
Jerusalem due to unusual biochemical variant of Enterobacter sakazakii. Europ J
Clin Micribiol and Infec Dis 21:613-616, 2002.
7. FAO/WHO, Joint FAO/WHO Workshop on Enterobacter sakazakii and Other Microorganisms in Powered Infant Formulas. Geneva, 2-5 February 2004.
Fuente http://www.ibfan-alc.org/boletines/ibfan-inf/A3N108.htm
Necesidad de invertir en la madres y bebes http://www.ibfan-alc.org/WBCi/index.html
Las leyes para proteger la lactancia materna son inadecuadas en la mayoría de los países
09 Mayo 2016
GINEBRA/NUEVA YORK, 9 de mayo de 2016 – Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la Red internacional de acción en materia de alimentación de lactantes (IBFAN) revela la situación en que se encuentran las leyes nacionales elaboradas para proteger y fomentar la lactancia materna.
De los 194 países analizados en el informe, 135 tienen algún tipo de medida legal relacionada con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (el Código) y con las resoluciones posteriores sobre el tema que fueron aprobadas por la Asamblea Mundial de la Salud. Se trata de un aumento con respecto a los 103 que había en 2011, cuando se realizó el último análisis de la OMS. Sin embargo, sólo 39 países tienen leyes que ponen en vigor todas las disposiciones del Código –un ligero aumento de los 37 que había en 2011.
La OMS y UNICEF recomiendan alimentar a los bebés sólo con leche materna durante sus primeros 6 meses de vida, después de lo cual deben seguir recibiendo leche materna –además de comer otros alimentos seguros y nutricionalmente adecuados– hasta los 2 años de edad o más. En ese contexto, los Estados miembros se han comprometido a aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida al menos a un 50% antes de 2025, como parte de un conjunto de objetivos en favor de la alimentación a escala mundial.
El Código pide a los países que protejan la lactancia materna poniendo fin a la comercialización inadecuada de los sucedáneos de leche materna (incluida la fórmula infantil), los biberones y las tetinas. También tiene como objetivo garantizar que los sucedáneos de la leche materna se utilicen de manera segura cuando sean necesarios.
Prohíbe todas las formas de promoción de sucedáneos de la leche materna, incluida la publicidad, la entrega de regalos a los trabajadores de salud y la distribución de muestras gratuitas. Además, las etiquetas no pueden promover ventajas nutricionales o de salud ni incluir imágenes que idealicen la fórmula infantil. Deben incluir instrucciones claras sobre cómo usar el producto y llevar mensajes acerca de la superioridad de la lactancia materna con respecto a la fórmula, y los riesgos que supone no amamantar.
“Resulta alentador ver que ha aumentado el número de países que han aprobado leyes para proteger y fomentar la lactancia materna, pero todavía hay muchos lugares donde se inunda a las madres con información errónea o sesgada a través de la publicidad y la promoción de ventajas sin fundamento sobre la salud. Esto puede distorsionar las percepciones de los padres y madres, y socavar su confianza en la lactancia materna, con el resultado que muchos niños no reciban sus beneficios”, dice el Dr. Francesco Branca, Director del Departamento de nutrición para la salud y desarrollo de la OMS
El comercio de los sustitutos de la leche materna de leche registra un gran volumen, con ventas anuales que ascienden a casi 45.000 millones de dólares en todo el mundo. Está proyectado que aumente en más de un 55%, una cifra que alcanzará los 70.000 millones de dólares en 2019.
“La industria de sucedáneos de la leche materna es sólida y próspera, y por ello la batalla para aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva en el mundo es una tarea cuesta arriba, pero el esfuerzo merece la pena”, dice el jefe de nutrición de UNICEF Werner Schultink. “Las madres tienen derecho a la oportunidad de obtener la información adecuada, es decir, que tienen los medios disponibles para proteger la salud y el bienestar de sus hijos. No se debe permitir que una comercialización ingeniosa manipule la verdad, que es que no hay ningún sustituto de la leche de la madre”.
En general, los países más ricos están a la zaga de los más pobres. La proporción de países con una legislación en consonancia con el Código es más alta en la región de Asia Sudoriental de la OMS (36% – 4 de los 11 países), seguida de la región de África de la OMS (30% – 14 de los 47 países) y la región del Mediterráneo Oriental de la OMS (29% – 6 de los 21 países). La región de las Américas de la OMS (23% – 8 de los 35 países); la Región del Pacífico occidental (15% – 4 de los 27 países); y la región europea (6% – 3 de los 53 países) presentan proporciones más bajas de países con una legislación de carácter amplio.
Entre los países que tienen leyes sobre la comercialización de los sucedáneos de la leche materna, a nivel mundial:
Poco más de la mitad prohíben de forma suficiente la
publicidad y la promoción.
Menos de la mitad prohíbe el suministro a los centros de
salud de productos gratuitos o a bajo costo de sucedáneos de la leche materna.
Más de la mitad prohíbe regalos a los trabajadores de la
salud o miembros de sus familias.
El alcance de los productos a que se refiere la legislación
sigue siendo limitado. Las leyes de muchos países abarcan la fórmula infantil y
la “fórmula de seguimiento”, pero sólo un tercio abarca explícitamente
productos destinados a los niños de un año de edad y más.
Menos de la mitad de países prohíben la promoción de
ventajas de los productos designados para la nutrición y la salud.
IBFAN ha tomado la iniciativa mediante su Centro Internacional sobre Documentación del Código (ICDC), y ha cooperado estrechamente con la OMS y UNICEF para preparar este informe. Los resultados están en consonancia con los que se difundieron en la publicación del centro, Estado del Código de 2016.
“IBFAN espera que el informe conduzca a que aumente el número de países que mejoren y hagan cumplir la legislación vigente para que la lactancia materna tenga mejores oportunidades y salve más vidas”, dice Annelies Allain, Directora del ICDC de IBFAN. “La legislación se debe mantener al mismo ritmo que las nuevas estrategias de comercialización y este informe ayudará a los encargados de elaborar políticas a lograr que sea así”.
El informe, Marketing of breast-milk substitutes: National implementation of the International Code – Status report 2016 (Comercialización de los sucedáneos de leche materna: implementación internacional del Código internacional – Informe sobre la situación de 2016),incluye tablas, país por país, sobre cuáles son las medidas del Código que se han convertido o no en ley. También incluye estudios de caso sobre países que han reforzado sus leyes o sistemas de monitoreo sobre el Código en los últimos años. Estos incluyen Armenia, Botswana, India y Viet Nam
El monitoreo es esencial para la aplicación de la ley
El monitoreo es esencial para detectar las violaciones y denunciarlas a las autoridades correspondientes para que puedan intervenir y detener este tipo de actividades. Sin embargo, sólo 32 países informan haber puesto en vigor un mecanismo de monitoreo y de esos, pocos son completamente funcionales. Entre los países con un mecanismo oficial de monitoreo, menos de la mitad publican los resultados, y sólo seis países han dedicado presupuestos o financiación para el seguimiento y su cumplimiento.
La OMS y UNICEF han establecido recientemente una red mundial para el monitoreo y apoyo a la aplicación del Código (NetCode) a fin de ayudar a fortalecer la capacidad de los países y de la sociedad civil para supervisar y aplicar efectivamente las leyes de código. Una serie de organizaciones no gubernamentales importantes, incluyendo IBFAN, Helen Keller International y Save the Children, centros académicos y países seleccionados, se han unido a esta red.
¿Por qué amamantar?
A nivel mundial, casi dos de cada tres bebés no reciben leche materna de manera exclusiva durante los 6 meses recomendados –una tasa que no ha mejorado en dos décadas. La leche materna es el alimento ideal para los bebés. Es segura, limpia y contiene anticuerpos que ayudan a protegerles contra muchas enfermedades frecuentes en la infancia. Los niños amamantados se desempeñan mejor en las pruebas de inteligencia, tienen menos probabilidades de sobrepeso u obesidad y menos posibilidades de sufrir diabetes más adelante en vida. Las mujeres que amamantan también corren un menor riesgo de sufrir cánceres de mama y ovario. Una comercialización inadecuada de los sucedáneos de la leche materna sigue socavando los esfuerzos para mejorar las tasas de lactancia materna y permanencia en todo el mundo.
Nuevos análisis han revelado que si se aumentara la lactancia materna a niveles casi universales se podrían salvar cada año las vidas de más de 820.000 niños menores de 5 años y 20 000 mujeres. Esto podría sumar también alrededor de 300.000 millones de dólares anualmente a la economía mundial, sobre la base de las mejoras en la capacidad cognitiva que se producirían si cada niño fuera amamantado hasta al menos los 6 meses de edad, y el aumento en las ganancias previstas más adelante en sus vidas.
Aumentar las tasas de lactancia materna reduciría
significativamente los costos a las familias y a los gobiernos en el
tratamiento de enfermedades infantiles como la neumonía, la diarrea y el asma.
### fuente: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/las-leyes-para-proteger-la-lactancia-materna-son-inadecuadas-en-la-mayor%C3%ADa-de
Para obtener más información
Tamara Kummer, UNICEF Nueva York, Móvil: +1 617 331 43 05, Email: tkummer@unicef.org
Rita Ann Wallace, UNICEF Nueva York, Tel: +1 212 326 75 86, Móvil: +1 917 213 40 34, Email: rwallace@unicef.org
Olivia Lawe Davies, , Oficial de comunicaciones, OMS Ginebra, Tel: +41 22 791 12 09, Móvil: +41 79 475 55 45, Email: lawedavieso@who.int
Mike Brady, Coordinador de campañas y redes, IBFAN, Móvil: +44 79 86 736 179, Email: mbrady@babymilkaction.org